No podía ser otro el Director designado. No tiene la sorpresa radical de su predecesora, pero sin dudas extiende sus alas y nos lleva directo hacía el futuro, manteniendo y profundizando sus dramas existenciales, filosóficos y morales.
Una película de culto, que logra la hipoxia propia de la ciencia ficción de calidad.
Sin escalas, directo a los clásicos del género.