La historia comienza con la nueva situación de una pareja francesa bastante adinerada. Él acaba de prejubilarse y a ella le encanta pintar. Un día, mientras pintaba, apareció un ciego caminando por el prado y le enseñó la casa que había al lado de donde estaban. Ella se la enseño a su marido y decidieron comprarla. La restauraron y se trasladaron a vivir allí. Hasta ahí todo bien, el problema empieza con lo que les sucede a ellos y a los que los visitan. Todo un poco raro.
Me gustaría decir , que no es como han dixcho por ahí una película muy francesa, sino más bien diría yo que el argumento que se desarrolla solo lo pueden protagonizar franceses, o al menos ese es el mito.
Se llega a pasar un buen rato, y se hace amena aunque a veces pierdes el hilo.

Recomendable