Esta crítica, como no puede ser de otra manera, no va a diferir mucho de la anterior que he realizado sobre Los cuentos de Canterbury. Esta nueva entrega de la "Trilogía de la Vida" mantiene el tono de Los Cuentos de Canterbury, aunque yo diría que la adaptación del clásico italiano es un punto más divertida.
Tenemos de nuevo a un Pasolini erótico-festivo, pero a la misma vez lúcido, inteligente, ingenioso y provocador. Y, repito, un Pasolini más divertido, menos proclive a la epatación del espectador, sino más irónico, más ácido con las historias que decide escoger del clásico de Boccaccio.
Tal vez se le puede achacar a la cinta, como a Los Cuentos de Canterbury, cierta dispersión en su estructura. Muchas veces Pasolini pasa de un cuento a otro sin aviso, o lo interrumpe para luego retomarlo. Al principio puede ser algo que despiste, pero tampoco es que suponga un lastre para el ritmo o la narración.
El tiempo no ha hecho mella en este Decamerón según Pasolini. Sigue siendo una película divertidísima, con historias verdaderamente ingeniosas y una puesta en escena cuidada, natural, bella. Así como la obra de Boccaccio es un pozo de sabiduría, la película de Pasolini añade ingenio y humor como maneras más idóneas para expresar la complejidad de la condición humana. En eso no se equivoca ni un ápice.