Tímidos anónimos es una película para románticos que huyan de tópicos y para espectadores que, simplemente, busquen una película que les haga felices. Para los amantes de la comedia francesa, Tímidos anónimos no va a suponer una sorpresa mayúscula, pero es una pequeña historia con dos personajes de los que no queda más remedio que enamorarse. Tal vez el argumento sea un tanto escaso, pero el director Améris, con buen criterio, no quiere abusar de la paciencia del espectador ni inflar la historia, por lo que ajusta el metraje a 75 minutos, que son los justos para contar lo que se quiere contar.
Tiene mucho encanto esta película, y sus dos personajes consiguen cautivar al espectador. Tal vez le falta un poco de emoción en su parte final, pero el resultado global es satisfactorio sin ser sobresaliente. Bonita y simpática película, en definitiva.