Aunque sea imitando el estilo de las parodias americanas, es una buena noticia que España se anime (o más bien pueda animarse) a hacer una parodia de su cine patrio. Ello quiere decir que nuestro cine ya tiene un público importante y trasciende las fronteras del país. Porque la parodia no nace de la nada, y nuestro cine lleva años abriéndose paso en el ámbito internacional y, lo que es más importante, en los espectadores, que poco a poco van superando el complejo de ir a ver una película española. De acuerdo que eso tal vez pasa sólo con el 5% o el 10% del producto nacional, pero algo es algo.
Pasando ya a la película en sí, he de decir que es bastante divertida, pero sólo en su primera mitad. Da la impresión de que los guionistas agotan los cartuchos demasiado pronto, y la película, en su segunda mitad, es una imparable caída que termina desmereciendo el resto del metraje. El ingenio del principio se convierte en gags bastante predecibles y muy machacados, y todo degenera en lo peor que puede hacer una película: aburrir. Las buenas comedias son las que saben definir bien su tono y mantenerlo durante los 90 minutos, pero Spanish Movie está totalmente descompensada.
No busquemos la película del año en Spanish Movie. El placer consiste en ver el jugo, en clave de parodia, que se le puede sacar a nuestro cine. Nos vamos a reír un rato con ello, pero yo también quería más mordacidad, más mala baba, y en algunos momentos una mayor inteligencia para resolver algunas situaciones (me refiero, por ejemplo, a no tomar la salida fácil de que el personaje se pegue un hostiazo contra una pared o lo que sea, que puede funcionar la primera vez, pero la decimoquinta ya cansa un poco). Si reclamo esto es porque las cabezas pensantes de esta película son perfectamente capaces de dárnoslo. Lástima.