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Voto de LordLeal:
8
8 de marzo de 2010
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremendo remake de Alexandre Aja del clásico del género lanzado allá por los ochenta por Wes Craven, tan tremendo que es uno de esos raros ejemplos (de los que podría citarse a bote pronto "El cabo del miedo") en el que la copia supera con creces a su versión original, y es que es de aplauso el derroche de talento (y sangre) con el que nos riega el director, sin caer en la estupidez del susto fácil, y muy al contrario poniéndonos un mal cuerpo a la altura del que queremos experimentar cuando nos ponemos a ver una producción de susodicho género macabro.
El efectismo de mostrar el horror a la clara luz del día, tan raro en este tipo de producciones en el que todo se muestra entre sombras o se sugiere, es tan incontestable como la tensión y mal cuerpo que producen sus escenas. Lo que sin duda podría tacharse de un supino mal gusto, no cae precisament en tal al mostrar tan a las claras lo macabro de sus protagonistas y al argumentar que esa maldad es tan racional como pura, que es en realidad lo que más acojona y produce la satisfactoria arcada que los puristas esperan y desean: no es tanto el horror que produce insomnio lo que ofrece la cinta de Aja, sino la fascinación malsana por lo macabro.
Y ojo, que otra de las razones por las que no cae en el mal gusto es porque lso protagonistas (o almenos algunos de ellos) no son un rebaño de borregos llevados sin más al matadero, si no que la gracia, y lo que le da más vidilla al film, es que se defenderán, en ocasiones hasta con éxito, de las formas más variopintas y aplaudibles, mención aparte al McGyver con los huevos bien puestos que será el que más juego dé.
Excelente ambientación en el postnuclear desierto de Nuevo Mexico, mineros irradiados enloquecidos, el sol abrasador, vísceras, mutilaciones, mal gusto ilustrado pero justificado y la mejor historia de psicopatía y horror caníbal de los últimos años... impagable.
El efectismo de mostrar el horror a la clara luz del día, tan raro en este tipo de producciones en el que todo se muestra entre sombras o se sugiere, es tan incontestable como la tensión y mal cuerpo que producen sus escenas. Lo que sin duda podría tacharse de un supino mal gusto, no cae precisament en tal al mostrar tan a las claras lo macabro de sus protagonistas y al argumentar que esa maldad es tan racional como pura, que es en realidad lo que más acojona y produce la satisfactoria arcada que los puristas esperan y desean: no es tanto el horror que produce insomnio lo que ofrece la cinta de Aja, sino la fascinación malsana por lo macabro.
Y ojo, que otra de las razones por las que no cae en el mal gusto es porque lso protagonistas (o almenos algunos de ellos) no son un rebaño de borregos llevados sin más al matadero, si no que la gracia, y lo que le da más vidilla al film, es que se defenderán, en ocasiones hasta con éxito, de las formas más variopintas y aplaudibles, mención aparte al McGyver con los huevos bien puestos que será el que más juego dé.
Excelente ambientación en el postnuclear desierto de Nuevo Mexico, mineros irradiados enloquecidos, el sol abrasador, vísceras, mutilaciones, mal gusto ilustrado pero justificado y la mejor historia de psicopatía y horror caníbal de los últimos años... impagable.