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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
7
Drama El mundo es un lugar misterioso, sobre todo visto a través de los ojos de un animal. En su camino, EO, un asno gris de ojos melancólicos, se topa con buena gente y otra no tan buena, conoce la alegría y la pena, y la rueda de la fortuna transforma, según el momento, su buena suerte en desastre, y su desdicha en felicidad inesperada. Pero nunca, en ningún momento, perderá la inocencia. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director polaco Jerzy Skolimowski es un verdadero superviviente de la cinematografía europea, un hombre que, cuando ya tenía más de 84 años, reunió fuerzas para lanzar otra nueva bala, que se añadió a su filmografía, que cuenta con casi veinte largometrajes a sus veteranas espaldas.

Para este título, Skolimowski parece tomar como mecanismo poético la máxima de los activistas pro derechos de los animales, que en ocasiones antropomorfizan los sentimientos de los animales porque los ven como semejantes, iguales dentro de un mismo ecosistema, de forma muchas veces proyectan sus propias emociones en los animales. Así, presenciamos las peripecias de Eo, un asno no especialmente grande o brioso, en quien se proyectan las cualidades del estoicismo, la paciencia, la integridad y dignidad de un ser que atraviesa el mundo sin hacer daño a nadie.

Es inevitable que esta versión nos recuerde a la película de Robert Bresson “Al azar de Balthazar”, dónde aquel asno se elevaba a símbolo de la bondad y establecía entorno a él una escala con seres humanos que van de lo vil a lo bondadoso. El director polaco todavía se implica más en las posibles emociones de este burrito hasta convertirlo en un héroe romántico, que sufre mil penurias y siempre recuerda a su amiga Cassandra, que convivía con él en el circo, y fue quien más lo amó, tanto que al final transmite la sensación que existe enamoramiento más que un fuerte vínculo de amistad. Sé que esto conmoverá a no pocas personas, a mí me resultó quizás demasiado artificial, si bien el tono general de la obra es de cuento, ahí se insufla demasiada fábula pastoral.
Eo recorre Polonia y llega a Italia, a su alrededor también se concentran desde lo más violento y abyecto en forma de unos hooligans polacos, hasta que vagabundos anarquistas que lo liberan de forma desinteresada. El que más me interesó fue el camionero polaco que transporta a Eo y unos caballos hacia Italia, un personaje iluminado con luces rojas, que en la simbología del filme se asocia con la muerte y el mal, y sin embargo por sus actos demuestra generosidad a pesar de la ambientación ligeramente peyorativa que se crea a su alrededor.

Por descontado, Skolimowski no se limita a dibujar la relación del asno con las personas, también con el resto del ecosistema, la fotografía recrea entorno a ese animal un mundo envolvente, de matizadas texturas verdes en el bosque y en cambio recurre al feísmo para mostrar la civilización humana, una experiencia visual muy cuidada e inmersiva, también un mosaico amplio y matizado de la condición humana, aunque menos de lo que podría esperar en una obra de mayor entidad.

Otra película con la que comparte cierto hermanamiento espiritual es “Gunda”, dirigida Viktor Kosakovski, un documental acerca de un cerdo que algún usuario de esta web calificó de propaganda totalitaria del nuevo orden mundial. Una película sobre un cerdito también es totalitarismo para algunas pobres cabecitas. Lejos de eso, en ambos títulos lo que sí se hace es apelar a la empatía del espectador, a sus emociones para que mire con más sentimiento a los animales, si bien tanto humanizar a los animales puede crear imágenes un tanto deformadas del mundo natural, en general no tan beatífico y bondadoso, el reino animal también es depredación y matanza, pero ésta no es la ocasión para recordar tal idea, si no en recrear en las poderosas imágenes del veterano director polaco y acercarse con más bonhomía a las otras especies con las que compartimos espacios. Una obra conmovedora y tierna, que no vendría mal enseñar a los más peques para recordarles las bondades de la empatía y la generosidad.
Jean Ra
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