No es mala película. Tampoco buena. Yo diría que simplemente es correcta. Tiene cosas bastante buenas como son las interpretaciones de sus protagonistas (efectivamente Paco Marín es quien sabe imprimir más personalidad a su personaje) y la bellísima fotografía, pero el desarrollo de la película deja algo que desear, no me acaba de cuajar. Obviamente a aquellos que les guste Ibiza pues seguro que no les defraudará la visión que se da de la isla y además se podrán gozar de los exteriores que se ven durante toda la película... los hay mejores pero esos se los guardan para ellos.

Esa visión que ofrece de la isla se convierte en otra cualidad a su favor, pues no muestra la imagen típica de la Ibiza del desfase en macrodiscotecas, pastillas a cucharada, sexo fácil, etc.. aquí se ve la vida de unos ibicencos, muestra un lado que se acerca más a la realidad de la isla y se nota que la historia contiene honestidad. El inicio parece estar bien pero de por medio la historia se lían las tramas de manera poco convincente y al final la impresión es que se concluyen un poco a palazos, aunque eso sí, la escena final, la del "cambio generacional" en el bar tiene mucho feeling, a mí me encantó esa sensación de sincera nostalgia que transmite el veterano hippie, lástima que el resto no esté a ese nivel.
Ni que decir tiene que la banda sonora es un puntal de esta película, las canciones, seleccionadas por José Padilla, son sin duda una pieza fundamental para comprender el sentimiento de la película y adentrarse en ella, a veces incluso llega a tener más fuerza que las imágenes.

Es una película con encanto y resulta interesante, pero dudo que a todo el mundo le pueda llegar de la misma manera. Mejor estar predispuesto a ella.