Vamos a ver. Me vienen a la cabeza películas como Óscar, Kina y el láser o Cortocircuito o la serie de tv El coche fantástico. En todas ellas, una máquina acaba incorporando sentimientos humanos, lo que hace que los protagonistas les cojan el mismo cariño que se le puede coger a un perro o a una persona. Pero todas ellas son películas infantiles, donde casi cualquier licencia cabe. En Her, película destinada a un público adulto, todo debería cuadrar. Y quedan tantas preguntas en el aire que sales del cine pensando que te han tomado el pelo.
Lo mejor de la película: la idea es original. Algunas reflexiones sobre el amor.
Lo peor: Que a los treinta minutos, la película se repite, se repite, se repite... y no hay nuevas aportaciones.
Suerte del personaje de Amy Adams, que nos permite descansar de la repelente maquinitia cuando irrumpe en pantalla.
Le pongo un 3 por Adams.