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Voto de kubrickomano:
10
8.3
23,979
Drama
Tom Joad (Henry Fonda) regresa a su hogar tras cumplir condena en prisión, pero la ilusión de volver a ver a los suyos se transforma en frustración al ver cómo los expulsan de sus tierras. Para escapar al hambre y a la pobreza, la familia no tiene más remedio que emprender un larguísimo viaje lleno de penalidades con la esperanza de encontrar una oportunidad en California, la tierra prometida. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué puedo decir de esta película, que no se haya dicho antes.
Una obra maestra de la cinematografía, una de las más grandes películas de uno de los más grandes artistas, y una de las mejores adaptaciones literarias que se hayan llevado a la pantalla.
Es cierto que al verla, si previamente se tiene conocimiento del libro, se extrañan muchas cosas, y que inevitablemente mucho del lenguaje áspero y crudo de Steinbeck se llega a perder, amén de la clara y detallada descripción que éste daba del carácter de todos los personajes, llegando a reducirse en la película a un papel realmente secundario a muchos que en el libro tienen su propio protagonismo en momentos determinados. Es cierto, que se pierde mucho del simbolismo y poesía de esos capítulos intercalados, que los planos cinematográficos no pueden condensar.
Pero eso, no importa. Ford hace una gran película, y dirige con mano precisa y certera a un elenco que sí parece en su mayoría, sacado de las páginas de Steinbeck.
El valor de la película, está en los detalles. Los cambios en la expresión del predicador (bien interpretado por Carradine), Tom (Fonda, insuperable) y la Madre (Darwell en un papel que la hizo merecedora del Oscar, cuando este valía algo), e incluso, los secundarios y extras, dan cuenta de la apertura mental y metamorfosis espirituales que se van dando en estos personajes, forzados a dejar su tierra y pasar por condiciones difíciles, luchando por mantenerse vivos y más aún, por conservar algo de su dignidad.
El tema de la película no puede ser más actual. Aún se ven estas cosas, en todo el mundo. La fotografía acentúa magistralmente el peso de cada escena, y la dirección artística, recrea de manera acertada las condiciones agrestes a las que se ven sometidos los migrantes de Oklahoma, en busca de su Tierra de Promisión. Técnicamente, la película es impecable.
Pero insisto, son los pequeños detalles los que hacen la diferencia. Son los que nos ayudan a sentir afecto por los personajes, y comprender y sentir la ira que empieza a embriagar el corazón de Tom. La ira que ha de estallar doquiera se sigan presentando las injusticias.
Una obra maestra de la cinematografía, una de las más grandes películas de uno de los más grandes artistas, y una de las mejores adaptaciones literarias que se hayan llevado a la pantalla.
Es cierto que al verla, si previamente se tiene conocimiento del libro, se extrañan muchas cosas, y que inevitablemente mucho del lenguaje áspero y crudo de Steinbeck se llega a perder, amén de la clara y detallada descripción que éste daba del carácter de todos los personajes, llegando a reducirse en la película a un papel realmente secundario a muchos que en el libro tienen su propio protagonismo en momentos determinados. Es cierto, que se pierde mucho del simbolismo y poesía de esos capítulos intercalados, que los planos cinematográficos no pueden condensar.
Pero eso, no importa. Ford hace una gran película, y dirige con mano precisa y certera a un elenco que sí parece en su mayoría, sacado de las páginas de Steinbeck.
El valor de la película, está en los detalles. Los cambios en la expresión del predicador (bien interpretado por Carradine), Tom (Fonda, insuperable) y la Madre (Darwell en un papel que la hizo merecedora del Oscar, cuando este valía algo), e incluso, los secundarios y extras, dan cuenta de la apertura mental y metamorfosis espirituales que se van dando en estos personajes, forzados a dejar su tierra y pasar por condiciones difíciles, luchando por mantenerse vivos y más aún, por conservar algo de su dignidad.
El tema de la película no puede ser más actual. Aún se ven estas cosas, en todo el mundo. La fotografía acentúa magistralmente el peso de cada escena, y la dirección artística, recrea de manera acertada las condiciones agrestes a las que se ven sometidos los migrantes de Oklahoma, en busca de su Tierra de Promisión. Técnicamente, la película es impecable.
Pero insisto, son los pequeños detalles los que hacen la diferencia. Son los que nos ayudan a sentir afecto por los personajes, y comprender y sentir la ira que empieza a embriagar el corazón de Tom. La ira que ha de estallar doquiera se sigan presentando las injusticias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una madre observando objetos que conservó como preciados recuerdos durante muchos años, antes de decidirse a tirarlos al fuego, contempla con nostalgia un perrito que tiene una inscripción de una feria en la que estuvo muchos años atrás. De repente, se topa con unos aretes que hace mucho tiempo que no utiliza. Los lleva a sus orejas, sin colgárselos, y se mira al espejo, recordando que alguna vez fue bella, joven, exhuberante y fértil, al igual que esa tierra que ahora tiene que abandonar. Y yo, como espectador, siento lo difícil que es dejarlo todo atrás, me compadezco de ella y percibo que una lágrima se me está escurriendo por la mejilla. Escenas como esa, que tanto y tan bien sabía hacerlas John Ford, las tiene esta película, y los sentimientos de sus personajes, embargan mi alma. Yo también me he quedado mirando cosas, sintiendo el dolor de dejar algo atrás. Momentos pequeños como ese, llenan nuestras vidas. John Ford, nos regala en sus películas, escenificaciones de esos momentos pequeños de nuestras vidas. Ese es el poder de los detalles pequeños.