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Voto de harryhausenn:
7
6.4
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Drama
Nathalie (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía que da clases en un instituto de París. Su trabajo le entusiasma y reparte su tiempo entre sus alumnos y su familia, con sus hijos ya mayores y su madre algo senil. Un día su marido le informa de que se va a ir con otra mujer. Ese será solo el primero de una serie de grandes cambios que obligarán a Nathalie a reinventar su vida de un día para otro. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2016
38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
La directora sutilmente alarga el relato durante varios años, anteriores a la crisis política actual, para intentar despertar a su público. Para ver que el olvido y la pereza debido a la comodidad, tienen sus consecuencias. Para que sepamos que de aquellos polvos vienen estos lodos. L'avenir es una película política camuflada que no juzga nuestras decisiones como individuos de una sociedad, sino que nos invita a la reflexión de las mismas para que podamos actuar en consecuencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Comienza L'avenir con una huelga de estudiantes en la que Huppert, profesora de filosofía, no participa. Tras el instituto, pasa por la editorial que quiere renovar las portadas de su colección de autor, luego come con sus hijos y su marido en su piso parisino y va a visitar a su madre, que sufre de problemas psicológicos. La protagonista lleva una vida burguesa ocupada en la ciudad y pasa las vacaciones con su marido en una casa en la costa bretona. Una vida monótona y estable cuyo empleo ha nublado los ideales del personaje a lo largo de los años.
He ahí la clave de la película. Durante un buen rato las escenas se suceden sin que realmente pase nada importante. O al menos eso pensamos hasta que comprendemos lo que la directora nos quiere mostrar. Pues la rutina siempre se verá moldeada por el paso del tiempo, por el avenir. Los hijos se independizan, los padres desaparecen, las parejas se rompen, el trabajo peligra. El futuro llega más rápido de lo que creemos e Isabelle se encuentra, por cuestiones ajenas a ella, sola en su piso, con la mitad de libros ausentes de las estanterías del salón y sin saber qué hacer. Pero al mismo tiempo se da cuenta que la falta de compromisos y estabilidades, implica la verdadera libertad.
En la recta final del relato, la protagonista se encuentra en una granja de los Alpes, invitada por una antiguo alumno que ha creado una revista literaria activista de intelectuales pretendidamente bohemios. Aquí se sucede alguna que otra conversación sonrojante, pero en absoluto molesta, pues en este momento confluyen los guiños de toda la película a la filosofía. Isabelle Huppert, mujer, se perfila como figura del conflicto existencialista interno, desde el momento en que escucha silenciosamente los diálogos entre los granjeros y empieza a cuestionar su vida. Pero también representa la lucha del hombre contra la naturaleza, como Rosellini había logrado magistralmente en Stromboli, rompiendo el arqueotipo masculino de la literatura encarnándolo en una Ingrid Bergman embarazada durmiendo en el cráter de un volcán, salvo que aquí es una naturaleza que calma, que mece, la que altera la posición de la profesora.
En el momento en el que el conflicto aparece, la libertad viene definida por nuestra capacidad de tomar decisiones. Huppert tiene la posbilidad de retomar sus ideales de juventud, de militante del Partido Comunista, o de volver a su piso parisino a ser una abuela dedicada enteramente a sus futuros nietos. La directora sutilmente alarga el relato durante varios años, anteriores a la crisis política actual, para intentar despertar a su público. Para ver que el olvido y la pereza debido a la comodidad, tienen sus consecuencias. Para que sepamos que de aquellos polvos vienen estos lodos. L'avenir es una película política camuflada que no juzga nuestras decisiones como individuos de una sociedad, sino que nos invita a la reflexión de las mismas para que podamos actuar en consecuencia.
He ahí la clave de la película. Durante un buen rato las escenas se suceden sin que realmente pase nada importante. O al menos eso pensamos hasta que comprendemos lo que la directora nos quiere mostrar. Pues la rutina siempre se verá moldeada por el paso del tiempo, por el avenir. Los hijos se independizan, los padres desaparecen, las parejas se rompen, el trabajo peligra. El futuro llega más rápido de lo que creemos e Isabelle se encuentra, por cuestiones ajenas a ella, sola en su piso, con la mitad de libros ausentes de las estanterías del salón y sin saber qué hacer. Pero al mismo tiempo se da cuenta que la falta de compromisos y estabilidades, implica la verdadera libertad.
En la recta final del relato, la protagonista se encuentra en una granja de los Alpes, invitada por una antiguo alumno que ha creado una revista literaria activista de intelectuales pretendidamente bohemios. Aquí se sucede alguna que otra conversación sonrojante, pero en absoluto molesta, pues en este momento confluyen los guiños de toda la película a la filosofía. Isabelle Huppert, mujer, se perfila como figura del conflicto existencialista interno, desde el momento en que escucha silenciosamente los diálogos entre los granjeros y empieza a cuestionar su vida. Pero también representa la lucha del hombre contra la naturaleza, como Rosellini había logrado magistralmente en Stromboli, rompiendo el arqueotipo masculino de la literatura encarnándolo en una Ingrid Bergman embarazada durmiendo en el cráter de un volcán, salvo que aquí es una naturaleza que calma, que mece, la que altera la posición de la profesora.
En el momento en el que el conflicto aparece, la libertad viene definida por nuestra capacidad de tomar decisiones. Huppert tiene la posbilidad de retomar sus ideales de juventud, de militante del Partido Comunista, o de volver a su piso parisino a ser una abuela dedicada enteramente a sus futuros nietos. La directora sutilmente alarga el relato durante varios años, anteriores a la crisis política actual, para intentar despertar a su público. Para ver que el olvido y la pereza debido a la comodidad, tienen sus consecuencias. Para que sepamos que de aquellos polvos vienen estos lodos. L'avenir es una película política camuflada que no juzga nuestras decisiones como individuos de una sociedad, sino que nos invita a la reflexión de las mismas para que podamos actuar en consecuencia.