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Voto de harryhausenn:
10
7.0
355
Drama. Fantástico. Intriga
Tercera y última parte de las tres que componen "La flor", tercer largometraje de Mariano Llinás.
Fue premiada como la mejor película en la competencia internacional del BAFICI como una sola película junto a las dos partes restantes, que en total suman 840 minutos (14 horas), siendo exhibidas por separado. (FILMAFFINITY)
Fue premiada como la mejor película en la competencia internacional del BAFICI como una sola película junto a las dos partes restantes, que en total suman 840 minutos (14 horas), siendo exhibidas por separado. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La flor finalmente es más que un esquema. Este último episodio hace homenaje a los inicios mismos del cine en el momento en que comenzó a volverse más que un truco de magia, en el momento en que comenzó a ser narrativo, con Méliès. Retrocediendo al quinto episodio Renoir, hijo del pintor impresionista que supo captar la esencia de la pintura de su padre en su obra y que fue capaz de traspasar la enorme barrera que supuso el sonoro para la antigua escuela del cine mudo, creando una escuela, tanto sonora como visual, de la que surge el cine moderno: el metalenguaje, el cine de ensayo, la Nouvelle Vague, la serie B e incluso los melodramas. La flor es un viaje del presente al pasado, lento, reposado, desde los pétalos flamantes de todas las flores hasta las raíces, hasta el nacimiento del cine surgido de la tierra, una antología del cinematógrafo que guarda muchas similitudes, tanto estructurales como narrativos, con los episodios sin conexión aparente de 2666 de Roberto Bolaño. Si esta está considera una de las obras capitales de la literatura del nuevo siglo, La flor no se queda atrás en su epopeya digna de D.W. Griffith y se convierte por méritos propios en una de las obras cinematográficas imprescindibles de nuestros días.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pasamos entonces a la metanarrativa del cuarto episodio. Al igual que La flor, dentro de este episodio hay cuatro actrices que trabajan en una película por episodios: La araña. La película forma un esquema en las que dos partes, la cabeza y el cuerpo de una araña, dan lugar a seis historias, las patas. Autoparodia delirante que se presenta en forma de cuaderno de rodaje al estilo del Kiarostami más cómico o al Truffaut de La noche americana. El personaje del director, queriendo librarse de las cuatro brujas se inventa una tercera parte en el cuerpo de la araña para justificar un nuevo capítulo en el que ellas no estén presentes. Para ello se desplaza con su equipo por Argentina para grabar los árboles en flor. Sorprendentemente y para su desesperación, resulta más complicado trabajar con árboles que con sus actrices. Esta paradoja se materializa cuando el equipo técnico se vuelve loco por culpa de las brujas y cuando un catedrático siga el diario del equipo, descubriendo que el odio del director desdichado hacia esas mujeres es en realidad un amor incontrolable que lo llevan a perder la cabeza. El episodio se cierra con una serie de arañas reposando en sus telas, con pequeños mosquitos atrapados, alternándose este plano con imágenes íntimas de las actrices, mirando al director detrás de la cámara a la que sonríen. Un broche perfecto para el que quizás sea el episodio mejor elaborado.
Y entonces, la recta final se vuelve mucho más breve. El quinto episodio es un remake de Una partida de campo, de Renoir, con una fotografía fabulosa en blanco y negro, pero en silencio absoluto, sin diálogos, sin ruido, sin música, un silencio sepulcral en el que únicamente las imágenes sostienen la historia, a excepción de los diálogos del original en unas secuencias de acrobacias aéreas, Finalmente, el sexto episodio cuenta la historia de unas captivas que vagan por el desierto suramericano hasta que logran volver a la civilización. Es, al igual que el anterior, un episodio mudo, salvo que esta vez es en color, con música y con títulos explicativos que siguen la acción. Particularidad, está grabado a través de una tela que difumina la imagen y que recuerda a las primeras imágenes captadas por las cámaras, los orígenes del cine. Cuando las cuatro mujeres se reposan desnudas en las rocas al lado de un río, la imagen nos evoca los pintores impresionistas que aún vivían cuando el cine comenzaba a dar sus primeros pasos.
hommecinema.blogspot.fr
Y entonces, la recta final se vuelve mucho más breve. El quinto episodio es un remake de Una partida de campo, de Renoir, con una fotografía fabulosa en blanco y negro, pero en silencio absoluto, sin diálogos, sin ruido, sin música, un silencio sepulcral en el que únicamente las imágenes sostienen la historia, a excepción de los diálogos del original en unas secuencias de acrobacias aéreas, Finalmente, el sexto episodio cuenta la historia de unas captivas que vagan por el desierto suramericano hasta que logran volver a la civilización. Es, al igual que el anterior, un episodio mudo, salvo que esta vez es en color, con música y con títulos explicativos que siguen la acción. Particularidad, está grabado a través de una tela que difumina la imagen y que recuerda a las primeras imágenes captadas por las cámaras, los orígenes del cine. Cuando las cuatro mujeres se reposan desnudas en las rocas al lado de un río, la imagen nos evoca los pintores impresionistas que aún vivían cuando el cine comenzaba a dar sus primeros pasos.
hommecinema.blogspot.fr