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España España · A Coruña
Voto de Javialacarga:
6
Drama Una aventura emocional en torno a una deslumbrante niña de once años, muy religiosa, que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. 'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. ... [+]
28 de febrero de 2009
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truculento cuento de terror en el que Fesser utiliza la historia de Alexia González-Barros para lanzar su particular alegato anticlerical y pro-tolerancia, aunque peque de hacerlo mediante una narración didáctica y tendenciosa que, irónicamente, poco tiene que envidiar en cuestiones de manipulación a aquello que critica.

La película cuestiona la existencia de Dios (mediante el original personaje de Mr. Feebles, ese que "no existe cuando no se piensa en él"), pero sobre todo critica el fanatismo religioso del Opus, y la salvaje supresión de libertades que pregona y promueve entre sus miembros (y de la que es víctima la propia Camino, que a sus once años solo conoce la ferrea disciplina impuesta por su intransigente madre). Fesser juega abundantemente con la simbología religiosa para escribir entre líneas (la escena en la que Camino vomita tras recibir agua bendita, el -supuestamente bondadoso- ángel custodio que le produce pesadillas, etc), pero su problema es que la sutileza no es precisamente su fuerte. Los personajes son tan caricaturescos que no desentonarían en una fábula infantil (en concreto la madre, que recuerda a versión más perversa de Louise Fletcher en sus cintas de terror psicológico); el Dios al que rezan los personajes parece sacado de las páginas más oscuras del Antiguo Testamento; y algunos detalles del guion resultan tan macabros -y oportunos- que casi producen risa (veáse el SPOILER). A pesar de todo esto, la película por lo menos posee una puesta en escena imaginativa y dinámica, algo que si hay que agradecerle a Fesser (aunque algunas de sus ideas rocen el ridículo, como la escena en la que Camino fantasea con bailar junto a su amigo), y si se ve exclusivamente como un cuento infantil sin ninguna pretensión de objetividad o profundidad, resulta efectiva y emocionante.

Con respecto a Alexia, Fesser se cuida mucho de no manchar su memoria y para ello caracteriza a Camino como una niña profundamente religiosa y ciertamente angelical (interpretada por la no menos resplandeciente Nerea Camacho), pero al final introduce una narración en paralelo cuya ambigüedad (por llamarlo de alguna manera) sugiere que en realidad la niña no estaba pensando en Dios o en su sacrificio en los instantes de su muerte, sino que lo hacía en el chico de sus amores, en el grupo de teatro en el que nunca pudo participar y en definitiva en todo aquello que se espera que interese a una adolescente de esa edad. Como queriendo cambiar la historia oficial de Alexia para insinuar que no se cree que una niña de once años pueda ser tan devota (lo que -una vez más- denota cierto tono de superioridad moral por parte de Fesser).

Uno de los mejores -y más sutiles- detalles de la película llega en el nada casual plano final, cuando al término de un vídeo casero se nos muestra el sillón en el que Camino decía estar viendo sentado a Jesucristo. El sillón, evidentemente, está vacío.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javialacarga
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