Una película ejemplar por entretenida, variada, divertida y unos diálogos ingeniosos. Cagney impresionante.
Nunca he sido un fan de musicales o de bailarines pero ver a Cagney practicamente levitando, con una energía tan desbordante, es una delicia. Pero no solo baila, creo que pocas veces un Oscar habrá tenido tanto sentido como en esta ocasión, está absolutamente sensacional durante toda la película, cada plano, cada gesto, cada frase, todo es una demostración de lo que debe de ser un actor. James Cagney, como todos los grandes, demuestra que vale para cualquier cosa, y hablando era impactante, un torbellino en ocasiones y sentido cuando la escena lo requería. ¿Volveremos a ver alguna vez a alguien tan grande como Cagney? Lo dudo. Y además también tenemos al gran Walter Huston en estado de gracia, que hombre más extraordinario.
El ritmo del film en general es trepidante, no da respiro. Que no me venga nadie con que es una americanada, esto es cine con mayúsculas, da igual si trata de barras y estrellas o de lo que sea, ya me gustaría que gente con una mentalidad tan supuestamente subversiva o liberal ofreciera cine tan maravilloso como este.