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Voto de gonzalo restrepo sanchez:
8
Drama El duque de York se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor, Eduardo VIII. Su tartamudez, que constituía un gran inconveniente para el ejercicio de sus funciones, lo llevó a buscar la ayuda de Lionel Logue, un experto logopeda que intentó, empleando una serie de técnicas poco ortodoxas, eliminar este defecto en el habla del monarca. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film no nos propone una fábula con múltiples significaciones, sino más bien una historia lineal y simple, donde el rey Jorge VI (Colin Firth) del Reino Unido, se vio obligado a reinar tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII. Además, con una tartamudez en su ser, por lo que buscó la ayuda de un terapeuta llamado Lionel Logue (Geoffrey Rush).

La tartamudez es una enfermedad que crea bloqueos de interrupción en el habla. Estas interrupciones se muestran en forma de repeticiones de parte de palabras, separación o prolongaciones de sílabas. Pero, el inconveniente más grave que sobrellevan los tartamudos, son las ofuscaciones a los que están expuestos, y ni los reyes se salvan.

Pero la historia de la humanidad al respecto —de la tartamudez— y con mirada amable, nos dice que esto no fue nunca un impedimento para que algunas personas pudieran lograr sus propósitos. La leyenda nos habla desde un Aristóteles, pasando por Napoleón I, hasta llegar por ejemplo a Marilyn Monroy.

Pero volviendo al film que hoy nos ocupa —con el lucimiento de los actores—, podemos decir que su director Tom Hooper, habla de una época y un paisaje concreto, para determinar en su relato la anécdota.

Y desde el punto de vista de los recónditos dominios del corazón, “El discurso del rey”, me remite al libro “Anécdotas del destino” (1958, de Isak Dinesen), que para el cine se filmó como “El Festín de Babette” —film de múltiples lecturas—, donde la idea concluyente, es la de aceptar la inmunidad a cualquier adversidad y consentir a cualquier persona contra cualquier “tartamudez” —metafóricamente hablando, por supuesto—.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
gonzalo restrepo sanchez
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