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Voto de Bitter Bierce:
1
Aventuras. Acción Bretaña, año 117 de nuestra era. Tras un ataque de la guerrilla local que ha diezmado la legión, un grupo de soldados romanos lucha por salvar la vida. Pertenecen a la IX legión, la más legendaria por su valor. La misión de los supervivientes, liderados por Quintus Dias (Michael Fassbender), es resistir hasta llegar a la frontera, antes de que las hordas de la feroz y vengativa Etain (Olga Kurylenko) acabe con todos ellos. (FILMAFFINITY) [+]
25 de octubre de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El perpetrador de esté violentísimo videojuego ha conseguido aunar todos estos ingredientes en CENTURIÓN, una película que no solo es aburrida sino redundante (las escenas de persecución en la que poco a poco van cayendo los actores son tediosas a más no poder y uno solo desea que por favor se los carguen a todos sin más demora).

Puede ser que yo ya pertenezca a una generación (1964) que no soportar sin retortijones las falsas escenas de acción en las que el cameraman al parecer también participa en el combate blandiendo la steadycam mientras filma. Es un verdadero fraude a la buena fe del espectador que va al cine “de romanos” con la intención de “ver” alguna que otra batalla y no una espiral psicodélica y enfebrecida de colores abstractos, sombras fugaces y sonidos impactantes. Es evidente que con este recurso pretendidamente realista (“la guerra es así: caos y confusión”) el productor se ahorra unos cientos de miles de dólares en extras y en la coreografía que exige el rodaje de una buena batalla (que le pregunten a Kubrick con Espartaco o a Gibson con Braveheart). Cuando en alguna ocasión el director nos concede la gracia de ver algo (la emboscada en el bosque), uno se pregunta en que academia militar obtuvo el título de centurión nuestro protagonista (decide atrincherarse en una zanja flanqueada por dos empinadas colinas desde las que –naturalmente- atacaran “los malos” con previsible resultado). Con militares así Roma jamás habría llegado a ocupar sus siete colinas.

Los personajes son puro arquetipo de tebeo y la letal guerrera “picta” (Olga Kurylenko) aparte de tener síntomas preocupantes de desnutrición severa presenta el ademán hosco y refunfuñante de todas las top models desde los tiempos de Claudia Schieffer.

Por si todo esto fuera poco, la película no se conforma con limitarse a ser puro espectáculo para un cierto tipo de público, sino que trata de ilustrarnos y abrir nuestra mente a nobles ideales. El director, en un momento de responsabilidad divina ha decidido que el espectador (muy probablemente bastante ajeno a las obras de Tácito, Cesar, Suetonio o Plutarco) tiene que meditar entre decapitación y decapitación sobre los Derechos Humanos, la Solidaridad, la Democracia y otras afectadas y hermosas palabras (bastante incomprendidas, por cierto, en tiempos de Adriano)
Bitter Bierce
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