La verdad es que escribo esta crítica (la 323 registrada en Filmaffinity si nadie se anima a colgar la suya antes que la mía) por lo soberbia que me parece esta película. No sé si será una tendencia redundante en la filmografía de Allen, pero me huele a mí que este tipo tiene una gran habilidad para crear guiones. Match Point tiene un aire clásico, como si oliera a cine "viejo", casi un aire teatral. Pero lo que es innegable es el talento que tiene el maníatico neoyorkino para narrar.

A mi juicio (y sin querer desvelar detalles de la trama, que es mejor disfrutar en primera línea de pista), la película lanza dos mensajes:

1) El primero, sintetizado en la frase "Aquel que dijo más vale tener suerte que talento conocía la esencia de la vida". La película, hasta en su título (Punto de partido), hace una constante alusión al azar, a la suerte, a la fortuna. Si uno está atento al guión, puede escuchar frases tan descriptivas como "Prefiero que mi hijo nazca con suerte, antes de que tenga talento".

2) El segundo, y no menos importante, es la reflexión sobre la ambición humana. Allen es bastante descarnado en este sentido y no duda en definir al protagonista de su historia como un hombre profundamente ambicioso. Lo quiere todo.

Estos dos mensajes se centran, paradigmáticamente, en la persona de Chris Wilton, personaje riquísimo en matices interpretado por un auténtico descubrimiento para un servidor: Jonathan Rhys Meyers. La película es él. Él es la película.

No puedo describir como a mí me gustaría las sensaciones que produce su interpretación. Su doble diálogo. Uno, con los personajes de la trama. Otro, el más demoledor y expresivo, el que mantiene en silencio con el espectador, que asiste a la decadencia de su personaje.

Chris es ambicioso. Quiere ser alguien en la jerarquía social. Y lo logra. Tiene suerte. Y lo sabe.
No sabe hacerlo bien. Sabe no hacerlo mal. Sin embargo, una mujer (y qué mujer) se cruza en su camino, haciéndole arder en deseos por poseerla. Y aquí entra el conflicto que él expone a su amigo tenista en el ecuador de la película (para mí, una de las escenas clave de esta obra maestra).

El tenista refleja, para mí, el talento. No ha tenido suerte en la vida. Al menos, no ha tenido la suerte de Chris. Él sólo tiene su talento para jugar al tenis y se mantiene en el duro circuito profesional que Chris abandonó largo tiempo atrás.

Chris es la suerte en estado puro. Sin embargo, se encuentra con un dilema: ¿Sacrificar su posición social a costa de la mujer a la que desea? Difícil elección, Chris. Sobre todo si sólo la deseas...

Lo mejor- Match Point en sí misma es una obra maestra. Magnífica historia, absorbente narración, interpretaciones sobresalientes (Chris Wilton, un personaje lleno de matices), su reflexión sobre el azar y la ambición...

Lo peor- Búscalo tú mismo. Suerte.