Completamente decepcionado me ha dejado esta película, la cual la estaba reservando para ver en una noche de esas en las que dices hoy toca ver un clásico. Pero ni clásico ni leches, los actores sobreactúan fatal, Cary Grant poniendo caretos durante toda la película, la pareja de viejecitas son insoportables, el malo parece sacado de una peli mala de la Hammer, siendo del todo inverosímil y el talento de Peter Lorre, esta desaprovechado en un papel un tanto absurdo.
El que hace de loco es un cansino, la novia del protagonista esta de florero y tan solo salvaría de la quema al pobre taxista. El argumento pretende ser una especie de comedia negra de enredo pero no esta resuelta de un modo inteligente recurriendo al efectismo y alejándose cada vez más de lo que podría ser una historia creíble pero hilarante, poco creíble y aburrida, mala combinación.
No todo es negativo y también posee algunas escenas muy buenas, como la del protagonista pidiendo ayuda a un taxista para llamar a otro taxi, pero estas escenas tan solo te recuerdan lo que podría haber sido esta película con un poco más de talento en el guión. Al final te queda un humor un poco menos inocente que el de una viñeta de Mortadelo y Filemón, pero tampoco mucho más, y unas actuaciones de teatro para escolares. Para que nos vamos a engañar, cine negro, dramas, historias de amor llegaron a su cima en la edad de oro del cine americano, pero comedia... tenemos que reconocer que para quien ha visto todos los episodios de Fraiser, Seinfeld, Friends, Aquí no hay quien viva, South Park, Padre de familia... el listón está muy alto para soportar una comedia de los años 40. Si queréis ver una comedia negra inteligente de verdad con sabor a clásico, 1960, El apartamento, de como no... Billy Wilder.