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Voto de Javi McClane:
5
Comedia. Romance Una mujer que planea pedirle matrimonio a su novia durante las vacaciones anuales con la familia descubre que los conservadores padres de su pareja aún desconocen la orientación sexual de su hija.
27 de diciembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de ver La estación de la felicidad (Happiest Season), ya sea por su temática navideña (me encanta ese género), por su interesante reparto o simplemente por ser una propuesta LGTB, ya que las dos protagonistas son lesbianas, en una comedia de enredos que si ha llamado la atención es por su particularidad. Y es que, una vez vista, puedo confirmar que la película es otra comedia insustancial del montón, con un mensaje necesario pero que se queda a medio gas, siendo un film decepcionante y que podría haber dado mucho más de sí.

La dirección corre a cargo de la actriz Clea Duvall (vista en The Faculty), y hace un trabajo convincente, siendo lo esperado en un producto de estas características, sin destacar pero sin provocar tampoco el bochorno, ya que al menos no se nota la pereza tras las cámaras, como en la infinidad de propuestas navideñas que se estrenan directamente en las cadenas de televisión.

Duvall también se encarga del guion, y esa ya es otra historia, más que nada porque la supuesta originalidad del film brilla por su ausencia. Y es que no deja de ser un híbrido de las sensacionales y muy superiores Una jaula de grillos y Los padres de ella, aunque con muchas menos risas. Y hablando del clásico con Robin Williams y Gene Hackman, La estación de la felicidad quiere ser moderna y transgresora, pero la comedia de los 90 se le ha adelantado en décadas, siendo aquélla original para su tiempo, y siendo la que nos ocupa una más, por mucho que pretenda otra cosa.

Se ha vendido la película como una comedia romántica, siendo más bien esto segundo, ya que las escenas supuestamente divertidas aparecen en muy pocos momentos (y de forma forzosa), dejando la sensación de ser un producto navideño muy bien envuelto, pero cuyo contenido sabe a insípido. Estoy seguro de que por mucho que se pretenda, no estamos ante otro nuevo clásico navideño que vaya a ser recordado con los años, habiéndola olvidado con el paso del tiempo hasta los que la están celebrando ahora (como los críticos profesionales que la han aplaudido de forma desmedida), seguramente por motivos ajenos a la calidad del film. Algo me dice que será la nueva La Joya de la familia, cinta que ya hemos olvidado todos.

Los personajes funcionan, aunque los mejores están muy desaprovechados (la hermana mediana, el mejor de la cinta), y otros no dejan de ser clichés con patas. Los actores están correctos, lo que es de esperar ya que la mayoría son rostros conocidos con años de experiencia a sus espaldas, aunque jamás entenderé la pasión que sienten algunos por Kristen Stewart, no siendo tampoco un trabajo memorable en esta ocasión. Y bueno, lo de escoger a la siempre estupenda Aubrey Plaza para un papel tan breve clama al cielo, no aprovechando su vis cómica y su buen hacer.

Por fortuna, la cosa remonta en sus minutos finales, pero no es suficiente para que el film pase del aprobado justo, en una experiencia demasiado floja y ya vista, notándose que habría hecho mucho menos ruido si su temática no fuese LGTB. No obstante, estoy seguro de que muchos disfrutarán de la propuesta, así que dejaré de lado mi mala baba del Grinch, y os la recomendaré si no tenéis muchas pretensiones y os gustan las comedias navideñas para pasar el rato, quizás descubriendo un bonito regalo de fin de año. Para quién esto escribe, se trata de otra decepción que vuelve a remarcar que, seguramente, este 2020 haya sido el peor año de cine de la historia. Una pena…

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Javi McClane
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