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Voto de Javi McClane:
6
Western. Drama El forajido Nat Love (Majors) descubre que su enemigo, Rufus Buck (Elba) ha salido de prisión, por lo que reúne a su banda para perseguir a Rufus y buscar venganza.
14 de noviembre de 2021
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más dura será la caída (The Harder They Fall) es el nuevo western de Netflix, con un reparto de lujo y enteramente negro (reconozcámoslo, no es algo habitual en este género), por lo que nadie podrá quejarse de diversidad*. Eso sí (y si no lo digo reviento), los blancos son pintados como paletos e idiotas, algo demasiado habitual en las últimas producciones de esta índole. Llamadme loco, pero yo veo aquí un problema grave (si fuese al revés, se lía). Afortunadamente, y sin que sirva de precedente (las películas de denuncia racial están dejando bastante que desear últimamente), al menos la cinta entretiene, aunque acabe lastrada por un ritmo muy irregular y unos excesos que la impiden ser algo más. Pero mejor ir por partes.

A pesar de que la crítica ha quedado bastante satisfecha (me temo que por motivos ajenos a la calidad del film, como suele suceder), poco se está hablando de esta producción, la cual juega a ser un western con ecos de Tarantino. Es tan sencillo como que, sin la existencia de la maravillosa Django Desencadenado (Django Unchained), no habría Más dura será la caída. Ni más ni menos. Se notan las intenciones y referencias de sus responsables (el uso de la sangre o las muertes, una de ellas calcada al film mencionado), pero el problema es que Tarantino sólo hay uno (ojalá hubiesen más), y al final la película acaba resultando una simpática copia, que lo intenta, pero que no llega a la maestría del cineasta responsable de Pulp Fiction. Seamos sinceros, si esto lo hubiese dirigido el bueno de Quentin, estaríamos hablando de un Tarantino menor, y esa es la prueba irrefutable de que la película no es tan buena como nos quieren hacer creer.

El director y guionista se esfuerza, con una labor tras las cámaras bastante convincente y colorida (dándole un tono más desenfadado a la propuesta), pero todo se derrumba con un ritmo irregular, con una primera media hora estupenda (ojalá se hubiese mantenido ese espectacular arranque), pero cuyo interés decae y no remonta hasta el clímax, demasiado alargado para mi gusto. Y es que nos quieren contar demasiadas cosas, provocando que la cinta dure dos horas y veinte minutos, injustificable se mire por donde se mire. Qué bien le hubiese venido durar media hora menos, pero los responsables optan por hacer un western tan grandilocuente como ambicioso, cuando realmente es uno más del montón. Por cierto, quien espere rigor histórico, se ha equivocado de película.

Es obvio que el problema está en el guion, con un exceso de personajes (¿de verdad hacían falta dos secuaces para el villano?), y navegando por lugares comunes (que no falte la damisela en apuros, siendo una decisión argumental ridícula por como se inicia), confirmándonos que el film es mucho más convencional de lo que se pretende. No pasa nada por hacer un espectáculo ameno para pasar el rato, pero algo me dice que han buscado rascar el premio. No sé si esta vez los académicos picarán (como sí han hecho otros años con otras producciones que no lo merecían), pero no creo que esta cinta acabe estando en el top 10 del año de nadie, porque sirve para pasar el rato, pero poco más.

Creo que, con más tijera y menos ínfulas, podría haber quedado un film mucho más redondo y disfrutable, pero se han pasado de frenada, y de ahí que el público no haya respondido de la misma forma que los críticos (entre otras cosas porque no buscan el aplauso y no temen decir lo que piensan). Quizás haya tenido que ver la forma en que plantean el conflicto racial, siendo una mofa constante y bastante agresiva, que consigue exactamente lo opuesto a lo que se pretende. Racismo inverso, lo llaman en mi pueblo. Y es que creo que lo del ‘hombre blanco’ perdió su gracia hace lustros, siendo bochornoso que sigan usando ese recurso una y otra vez, porque al final generan rechazo en la audiencia. Ellos verán.

Y llegamos al reparto, obviamente lo mejor de la propuesta, estando repleto de rostros conocidos, aunque la mayoría totalmente desaprovechados en papeles demasiado pequeños para su talento. A destacar el ascendente Jonathan Majors, el carismático Idris Elba (con un villano bastante interesante) o el siempre estupendo Delroy Lindo (este hombre no envejece), elevando todo el elenco actoral el nivel del film, y haciendo que parezca mucho mejor de lo que realmente es. Como ya he dicho en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto, y esta no es la excepción. Por último, atención al soundtrack, repleto de canciones pegadizas y que le vienen como un guante al film, aunque no se puede obviar el hecho de que, el uso de canciones tan modernas, también es una copia del western de Tarantino. Spike Lee debe estar removiéndose en su tumba… cuando llegue.

En conclusión, un western perfecto para pasar el rato y con un reparto espléndido, pero que no está entre lo mejor del género, debido a sus excesos y ritmo irregular, siendo finalmente uno más. Por cierto, al final se insinúa una secuela. ¿Es necesaria? Mucho me temo que no, pero los números hablarán, y si la plataforma lo considera oportuno, darán luz verde a una producción que dudo que muchos demanden. Sólo pido que esta vez tengan las cosas más claras y sean menos evidentes, porque se están luciendo últimamente en Hollywood (y en las plataformas) con este tipo de producciones. Pero oiga, mientras entretengan…

*A pesar de que todos los protagonistas de la función son negros, han habido críticas porque algunos actores no son lo suficientemente negros, en base a los personajes históricos que interpretan. Estos son los tiempos que corren y que nos merecemos. Ya nadie se salva, y esto es lo que se ha logrado con tanta queja y exigencia. Enhorabuena.

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Javi McClane
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