Se presuponía como una nueva comedia infantil de Netflix con animalillos parlantes, pero al final tenemos referencias sexuales, incorrección política y efectos visuales dignos, si vives en la década de los 90. ¿Qué puede salir mal? Todo...

Perro y gata, comedia francesa de Netflix, protagonizada por… Bueno, el título no lleva a equívoco. Aquí tenemos la clásica historia de robos, enredos, persecuciones… Bueno, toda la pesca que se pueda esperar, y entiendo que por ese motivo los efectos visuales son tan mediocres, porque los responsables de la cinta se han quedado anclados en el pasado, aunque no sé por qué hablo en plural, si la orquestadora de todo esto es directora, guionista y actriz protagonista, por lo que, si hay que señalar a alguien por el desastre, la culpable está clara.
Se nota que estamos ante una actriz jugando con roles que no le corresponden, porque como directora no la acabo de ver, ya que esto es un producto de directo a plataforma, y por eso ha acabado donde ha acabado, y como guionista, pues no negaré que me ha hecho gracia el gag de la estatua de la libertad y… No, eso es todo, y mira que la película es incorrecta, pero tiene un tipo de humor y decisiones que no entran bien. Solo diré que menos mal que los animales son digitales, porque no se les respeta ni por error. Con deciros que casi la quito a los cinco minutos, cuando uno de los personajes le pega una patada al perro protagonista… No en mi guardia.

Está claro que la película es un despropósito, porque el público infantil no va a pillar los chistes, la mayoría con referencias sexuales, y casi que mejor, aunque algún pillín habrá en la casa, no entendiéndose a qué público está dirigida, aunque el adulto también se va a arrepentir de haberse unido a la fiesta, pero eh, alguien habrá que acepte las reglas del juego, aunque sea la ruleta rusa. En la parte de los humanos persiguiendo a sus mascotas, hay constantes chistes de índole picantona, y en la parte de los animales con CGI… también. Otra cosa no, pero la guionista, directora, y actriz es una cachonda de cuidado.

Y ojo, que como actriz se entrega a la causa, algo obvio, ya que es su película. De pareja de enredos tenemos a un reputado actor francés que le saca veinte años, pero lo ha elegido ella, así que apagad las antorchas, anda… También cumple, aunque tampoco se esfuerce demasiado. Y por último tenemos al tercero en discordia, y motivo principal por el que me he unido a la fiesta. El otro motivo ha sido por la curiosidad… y es cierto eso de que mató al gato.
En fin, que me refiero a Philippe Lacheau, popular actor, cómico, guionista y director, y que nos ha dado genialidades como Se nos fue de las manos, pero también rarezas como Alibi.com o Super… ¿Quién? Aquí hace de un T-1000 imparable, asesinando su vis cómica, y obligando a preguntarnos si era el actor idóneo para esto, pero, en fin, también cumple.

Y no sé qué más decir, más allá de que es una película destinada a… No lo sé, sinceramente, pero está claro que es una mala película, pero lo que sí os puedo decir es que siempre defenderé las producciones que van a contracorriente, y que parecen una cosa, pero que luego son todo lo contrario. Aplaudo esa valentía, aunque esta cosa no se la recomiende ni a mi peor enemigo, porque se vengaría. Una comedia francesa con animalitos parlantes que nos costará olvidar… pero por lo extraña que es. Sobra decir que alejéis a vuestros hijos de esto, porque no saldrán bien parados. Si queréis una buena comedia de este estilo, que encima sabe lo que quiere ser y a quién va dirigida, Vida Perra es vuestra película. Pero eh, Perro y gata es tan mala, incorrecta y diferente, que no la puedes odiar. ¿Nuevo placer culpable? El tiempo dirá, pero no esperéis que compré otra entrada para este barco a la deriva, que mi salud mental está en juego. Como siempre, vosotros mismos.

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