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Voto de Follawski:
69,554
Aventuras. Acción. Drama
Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a.C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para poner rumbo a sus hogares. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un reparto abrumador y una duración ilimitada. Dirigida por el genio del cine pop.
El primer acierto es la presentación de la misma. Su formato particulado ayuda a engullir sus casi 200 minutos de metraje, que de una sentada y sin pausas se harían (sin duda alguna) largos.
El segundo son los medios con los que cuenta el film, más bien la consciencia de ellos. Es importante, en una superproducción, saber hasta dónde se puede llegar, y en este caso se pudo llegar hasta muy lejos.
El tercero es el ya citado reparto. Cuando se puede contar con Laurence Olivier como segundo espada, cuando se puede dejar a Tony Curtis en un papel de charnela, cuando Charles Laughton puede dar rienda suelta a sus singulares improperios... todo esto sólo puede conducir a la gloria.
Y a ellos se les añade la pareja protagonista, un veterano como Douglas y un ángel como Simmons. Y para colmo, el peculiar Ustinov y el gran Woody Strode (aunque en un escueto, pero clave, papel).
La fusión fue excelente.
El resultado fue que a una música apropiada, un reparto de órdago y un genio al volante se le unió un contundente guión y un interés en la historia.
Siempre recordada, el clásico de Douglas.
El primer acierto es la presentación de la misma. Su formato particulado ayuda a engullir sus casi 200 minutos de metraje, que de una sentada y sin pausas se harían (sin duda alguna) largos.
El segundo son los medios con los que cuenta el film, más bien la consciencia de ellos. Es importante, en una superproducción, saber hasta dónde se puede llegar, y en este caso se pudo llegar hasta muy lejos.
El tercero es el ya citado reparto. Cuando se puede contar con Laurence Olivier como segundo espada, cuando se puede dejar a Tony Curtis en un papel de charnela, cuando Charles Laughton puede dar rienda suelta a sus singulares improperios... todo esto sólo puede conducir a la gloria.
Y a ellos se les añade la pareja protagonista, un veterano como Douglas y un ángel como Simmons. Y para colmo, el peculiar Ustinov y el gran Woody Strode (aunque en un escueto, pero clave, papel).
La fusión fue excelente.
El resultado fue que a una música apropiada, un reparto de órdago y un genio al volante se le unió un contundente guión y un interés en la historia.
Siempre recordada, el clásico de Douglas.
