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Voto de Andrés Pachón:
9
Vals con Bashir
2008 Israel
Animación
7.5
23,442
Animación. Drama. Bélico Documental animado sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982. Una noche, en un bar, un viejo amigo le cuenta a Folman una pesadilla recurrente en la que le persiguen siempre 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que la pesadilla tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. A Folman le ... [+]
13 de enero de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Vals con Bashir" la animación se convierte en el último estadio formal del documental, diluyendo así las fronteras entre géneros. La epidermis de la película es una carta de declaraciones en la que el director parece decirnos que la ficción es el único medio posible; ya no tiene sentido hablar de documental. Ari Folman encuentra en el método del dibujo la manera de llevar lo más lejos posible su deseo de ficción que emerge del documental.
El mismo director será el protagonista principal del filme. Ari cumplió el servicio militar en el ejército israelí durante 1982, estuvo presente en la matanza palestina de Sabra y Chatila, pero no recuerda nada. “…aquello no se almacenó en mi sistema”, al referirse a su memoria mediante estos términos deshumanizados, el director parece hablarnos de la capacidad que tiene el sistema (político) para eliminar aquello que se ha de olvidar.
De esto trata el filme, de un viaje hacia la memoria de aquel que quiso olvidar. De un intento por ordenar la realidad, de una reconstrucción que toma todo su sentido mediante el dibujo, pues otorga al registro un lugar esencial que nos recuerda lo ficcional del proceso.
Para recobrar la memoria Ari comienza un viaje que le lleva a recopilar testimonios de colegas, periodistas y testigos de la tragedia. Mediante una serie de dibujos oníricos nos adentramos en las pesadillas de los protagonistas, sus fantasías, sueños recurrentes… Imágenes subjetivas sobre hechos concretos que nos ayudan a conformar una visión de lo que allí pudo suceder. Por otra parte, estos flashbacks también contienen algunas de las peores escenas del metraje; se trata de secuencias que nos remiten al imaginario bélico del cine (música, metáforas evidentes y efectistas, explosiones), fragmentos que denotan cierto conformismo pactado, cuyo único interés es el tratamiento de la animación, lo cual hace que deseemos olvidar para poder seguir creyendo en la eficacia de la relación dibujo-memoria.
Hacia el final del filme el director parece señalar el olvido, su propio olvido, como defensa ante el sentimiento de culpabilidad. No elude responsabilidades, considerando cómplices de la matanza a todos los implicados, que vivieron el suceso desde el comienzo en el olvido, mirando hacia otro lado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Andrés Pachón
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