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Voto de Chris Jiménez:
6
Comedia. Fantástico Han pasado cinco años desde que los Cazafantasmas entraron por última vez en acción. El doctor Peter Venkman, notable parapsicólogo de persuasivos encantos, ha quedado relegado a maestro de ceremonias de un programa de televisión donde se discuten fenómenos psíquicos. Ray Stantz y su colega Winston Zeddemore se ganan la vida entreteniendo a niños en fiestas infantiles, y el mago tecnológico Egon Spengler continúa sus investigaciones ... [+]
3 de agosto de 2017
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Una pregunta que me lleva a pensar la respuesta. Hablamos de los mismos, "los mejores, los magníficos, los únicos", como bien dice el sr. Venkman.
Es decir, que los chicos regresan para salvarnos...pero ciertas cosas han cambiado estos años.

Sí, cinco años después de que salvaran la ciudad de New York de un dios sumerio con muy mala baba y de un muñeco de 50 metros, parece que nadie se acuerda o no quiere acordarse de ellos. Egon sigue con sus estudios científicos, Peter presenta un programa de televisión, Ray tiene una tienda de ocultismo y Winston se dedica a acompañar al anterior en fiestas de cumpleaños. La gente cuando piensa en ellos los recuerda como unos puñeteros farsantes en lugar de unos héroes...aunque todavía tienen una oportunidad de ganarse el respeto de todos cuando un poderoso y despiadado mago del siglo XVI llamado Vigo, "el Cárpato" despierta de su letargo amenazando con someter a todo el Universo a una nueva era de oscuridad.
En 1.989, tanto en la realidad como en la película, parece que esa era la situación realmente. "Los Cazafantasmas" fue para la gran mayoría el acontecimiento cinematográfico del '84, la mejor comedia del año (para mí fue una de las películas clave de mi infancia). Se había llevado casi 300 millones de dólares en todo el Mundo y todos se sabían la canción de Ray Parker Jr., pero en esos cinco años surgieron tantísimas películas de ficción/fantasía que el film de Ivan Reitman quedaba muy lejano.

Hablamos de una década muy muy prolífica en cuanto a cintas de esos géneros se refiere (independientemente de si eran o no comedias): "Terminator", "Regreso al Futuro", "Mad Max III", "Cortocircuito", "Los Inmortales", "La Mosca", "Depredador", "Robocop", "Akira", "Están Vivos"...en fin, son sólo unas pocas, pero hay muchas más. Así que fue una auténtica sorpresa que tanto tiempo después regresaran los cazadores de malvados espíritus, y lo hicieron porque, dado el éxito de la serie de televisión, los productores de Columbia presionaron a Ivan Reitman y a los creadores del guión original, Dan Aykroyd y Harold Ramis, para realizar una secuela lo antes posible.
El trío no es que se sintiera muy a gusto con esto y claro, cuando un proyecto de estas características se hace como mero encargo los resultados no pueden ser buenos, o al menos no tan buenos como anteriormente. Así que Reitman, que había terminado "Los Gemelos golpean dos Veces", se puso con ello, contando con Murray (aunque él tampoco es que estuviera muy conforme), que venía con el éxito de "Los Fantasmas Atacan al Jefe". Aunque los efectos especiales mejoren y la acción y el entretenimiento sigan predominando, falta esa chispa que tenía la anterior, ese ingenio, esa frescura que no está aquí en ningún sitio.

El tono de comedia absurda se pone por encima del terror ocasional que sí se hallaba en la primera (siempre he dicho que no es una película para niños), salvo en ciertas escenas (como esa donde aparecen las cabezas clavadas cuando Egon, Ray y Winston están inspeccionando el túnel). Pero quizá lo más interesante de la trama sea la pesimista visión sobre la sociedad americana (negativismo materializado en una sustancia viscosa), pero albergándose la esperanza de recuperar la fe y el amor, convirtiéndose así nuestros héroes en una especie de benefactores de la comunidad que habrán de servirse de las buenas vibraciones y la energía positiva de los ciudadanos para acabar con el Mal.
El villano obviamente queda muy por debajo de Gozer y el combate final en el museo no tiene punto de comparación con el de la anterior entrega. La banda sonora, por su parte, es de un chapucero que asusta; antes escuchábamos temas "pop" y "techno" y ahora nada más que suena un "rap" de lo más repugnante. Con respecto al plantel, Murray se vuelve más mordaz y apático, Ramis intenta fallidamente darle a su Spengler un toque de humor (si sabe sonreír), Sigourney Weaver parece un tanto desganada, Rick Moranis ha perdido todo el encanto que caracterizaba a su Louis y Annie Potts resulta de lo más innecesaria (¿no se supone que estaba enamorada de Egon?).

Curioso la cantidad de cameos que se suceden, como las de Cheech Marin, Philip Baker Hall, Brian Murray, hermano de Bill, Bobby Brown y Jason Reitman, hijo del director. El doblador de Vigo a la voz es el mismísimo Max Von Sydow. Aun con todos sus fallos se puede decir que es una película que divierte y fascina, seguramente sea la emoción de ver otra vez al trío protagonista soltando impagables diálogos y enfrentándose a malignos espíritus, y si es sobre la mismísima Estatua de la Libertad pues bienvenidos sean (pocas veces se han dado muestras de patriotismo de manera tan exacerbada).
Ni por asomo se iguala a la original, pero garantiza un espectáculo entretenido y lleno de increíbles efectos especiales, que frente a un presupuesto de casi 40 millones de dólares logró recaudar más de 210 millones, así que no le fue nada mal para Reitman y compañía. Venkman, Stantz, Spengler y Zeddemore demuestran que ellos siguen siendo "los mejores, los magníficos, los únicos...cazafantasmas".
Chris Jiménez
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