Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
6
Terror. Thriller. Western Durante el día, el exterminador de vampiros Jack Crow capitanea un grupo de mercenarios cuya misión es eliminar a esos peligrosos seres. Tras la reunión de vampiros en un pueblo de Nuevo México, el grupo de Crow cae en una emboscada que le tiende el terrible Valek. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No son románticos, ¿vale?, no son una pandilla de maricones que van con ropa de etiqueta seduciendo a todos los que ven con su acento europeo, ¡cutre!".
Si lo dice Jack Crow debe ser verdad. Hay que olvidarse de las pelis, agarrar una estaca y clavársela a esos chupasangre en el puto corazón en esta tierra de sol y polvo. O ellos o nosotros.

Parece mentira que un periodo en el que los vampiros tenían mucho peso dentro del entretenimiento hollywoodiense, de una manera u otra, John Carpenter, maestro del terror y la ficción, aún no hubiera probado a traerlos a su terreno; gracias a Dios esto sucedió después del comprensiblemente estrepitoso fracaso de esa basura llamada "Rescate en L.A.", producto tal vez de una insolación sufrida por el pobre cineasta, tan harto del fracaso comercial que se planteaba dejar para siempre el negocio. Pero las fuerzas del Universo conspiraron y un proyecto de resurrección le llegó gracias a la ayuda indirecta de otro John.
En concreto John William Steakley, escritor principalmente de cuentos de fantasía y ciencia-ficción que también probó la hiel del fracaso en Hollywood para retirarse a su recurrente labor literaria, dando como fruto dos novelas, y una era "Vampires", publicada en 1.990, que se intentó adaptar desde la independiente Largo Entertainment, pero nunca consumándose la idea. Y tras millones de versiones del guión y una reducción importante de presupuesto, llega Carpenter, se queda con la que más le gusta, quita cosas, añade otras y respeta en mayor o menor medida la esencia del libro...que no su trama.

La esencia sí. Steakly renunciaba al mito romántico del vampiro tan clásico y sobre todo tan extendido durante los '80; su prosa es divertida, cruda, áspera, nada elevada, y su visión del protagonismo masculino se basa en la lealtad, el honor y la traición, conceptos que pertenecen por derecho propio al "western", y así es como el director visualizó el film. La paleta de color naranja quemado que ofrece el desierto mexicano trae recuerdos de Peckinpah en su profundidad desoladora, Carpenter se acoge a la raíz del género y desata la locura tan desenfadado como ese grupo cazavampiros liderado por un Van Helsing moderno y más duro que las piedras, Crow, al que James Woods presta su ingenio ácido y su afilada lengua.
Este prólogo que podría ser una mezcla del cine de Walter Hill, Sam Raimi, Robert Rodríguez y Roger Corman, entre balas, sangre, puñetazos, cuerpos explotando al sol y "hard rock", sigue paso a paso el principio del libro; sin muchachos evocando una juventud romántica, porque esto no es "Jóvenes Ocultos", sólo quedan tipejos rudos y la única joven es una furcia a la que han clavado los dientes, la eternísima Laura Palmer nada menos (Sheryl Lee más sensual que nunca). Y a partir de aquí todo se desvía pero llevando grabada a fuego la esencia única del texto, donde sólo Crow y su ayudante Catlin (aquí Montoya, encarnado por un Daniel Baldwin que, mira tú por donde, sabe actuar) sobreviven.

Donde Steakly profundizaba en los personajes y en la relación entre hombres tan de tradición "hawksiana", Carpenter no olvida su influencia "western", pero no hace que Crow vuelva a crear un grupo como ocurre en el libro y se concentra aún más en la cacería y la mitología del vampiro, naciendo una sublime para el villano Valek, un original sacerdote que luchó contra la Iglesia siglos atrás y resucitó convertido en un chupasangre. Original también es el papel de Katrina, la prostituta mordida, siendo utilizada de "detector" debido a su telepatía con el líder vampiro (este Carpenter no dejará de sorprenderme), y su relación romántica con Montoya.
¿Qué queda?, porque no hay nada más. Queda una "road movie" tan directa a las tripas como las balas que dispara Crow sin compasión, queda un desierto infinito con olor a sangre en el aire y filtros que recuerdan a los de Tony Scott, queda esa Lee maniatada boca abajo, imagen del pecado que a cualquiera le gustaría saborear, quedan esos vampiros que no salen de ataúdes, sino de debajo de la tierra como los "zombies" de la legendaria película de Fulci. Queda el homenaje no al terror elegante, sino al terror "B" setentero "exploitation", y al Oeste, pero al Oeste sucio, cínico, deprimente y nihilista de Peckinpah.

En definitiva una visceral aventura que podría haber sido concebida por Frank Miller o cualquiera de los artistas de Dark Horse, porque así es "Vampiros", sin instantes filosóficos ni sombríos, ni minutos vacíos conversando sobre la muerte, sino un cómic explosivo que arranca de raíz las espinas dorsales de lo políticamente correcto y va al grano cada vez que los personajes se enfrentan en diálogos iracundos (cuando hablan de algo que no está relacionado estrictamente con la trama sólo es para lanzarse insultos y amenazas). Y la deriva por el desierto se precipita a un clímax al estilo Rodríguez donde todo es previsible hasta la náusea.
Incluso algunos giros que pretendían sorprendernos se olían a millones de millas...sí, pero Carpenter disfruta, se siente en pantalla su goce genuino (no como cuando filmaba el "remake" de "El Pueblo de los Malditos"); se esmera en cada secuencia para, por medio de efectos especiales caseros, de los que nos gustan a los auténticos fans del cine de acción, recrear un divertimento excitante, crudo y cachondo, libre de prejuicios, siguiendo la máxima de Crow en el libro: "No matas vampiros por dinero, sino por satisfacción, porque alguien debe hacerlo, sin importar lo que te pase; algunos trabajos apestan...pero este muerde".

Por desgracia fue el único que la disfrutó plenamente porque ni muchos críticos la aprobaron ni la taquilla le respaldó con una gran recaudación, tal vez porque incluso a finales de aquellos '90 su propuesta ya resultaba desfasada (repulsiva y misógina, dijeron algunos imbéciles), pero se mantiene como una de las obras más exitosas de su carrera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow