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Voto de Chris Jiménez:
10
6.3
43,990
Ciencia ficción. Acción. Aventuras. Fantástico
Por orden imperial, la familia Atreides debe hacerse cargo de la explotación del desértico planeta Arrakis, también llamado "Dune". Es el único planeta donde se encuentra la especia, una potente droga que es indispensable para los vuelos espaciales. Antes el planeta había sido gobernado por los Harkonen, cuyo despotismo había dejado una huella indeleble en la población. Cuando, con el beneplácito del emperador, los Harkonen atacan el ... [+]
21 de febrero de 2017
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una codiciada sustancia cuyo único lugar de origen es el desolador planeta de Arrakis. Dos familias en constante lucha por su control. Una profecía que anuncia la llegada de un mesías. Una batalla de colosales proporciones que decidirá el destino del Universo.
Todo ello en una aventura que nos transportará desde los límites de lo inimaginable hasta las fronteras de lo imposible...
Corría el año 1.971 cuando se preparaba uno de los más grandes proyectos cinematográficos de la Historia: adaptar la novela "Dune", escrita por el maestro de la ciencia-ficción y fantasía Frank Herbert en 1.965, éxito de ventas en todo el Mundo e iniciadora de una longeva saga que alcanzó el estatus de obra magna del género y la literatura. Los derechos adquiridos por el productor Arthur Jacobs (quien fallecería poco después) pasaron a manos de Michel Seydoux, eligiendo como director al visionario Alejandro Jodorowsky, que vio la oportunidad de dirigir su película definitiva.
Las consecuencias de reunir a un equipo estelar (donde se hallaban Orson Welles, Dan O'Bannon, Mick Jagger y Salvador Dalí entre otros), tergiversar el universo de Herbert y sobrepasar los límites del presupuesto fueron la triste crónica de una muerte anunciada, y "Dune" se paralizó...hasta que unos años más tarde Dino de Laurentiis volviera a pujar por los derechos, sin ver la luz un posible proyecto hasta entrados los '80. Ridley Scott fue contratado pero rápidamente despedido y la propuesta sería ofrecida, por decisión de la hija del productor, a David Lynch.
Éste, que venía de saborear las mieles del éxito con "El Hombre Elefante" y rechazar la oferta de George Lucas para dirigir la 3.ª entrega de "Star Wars", aceptó encargarse del guión aun sin haberse leído los libros de Herbert (él mismo declaró su nula afición al género). Tras un prólogo a modo de introducción explicativa que nos anuncia la mágica experiencia a visionar, "Dune" se desarrollará a lo largo de cuatro actos intentando condensar toda la intrincada narrativa de la novela así como la complejidad de su universo; en su tramo inicial se nos presentará la larga lista de protagonistas sumergiéndonos en la guerra que en un lejano futuro mantienen los Atreides y los Harkonnen.
La razón es poseer la especia melange, capaz de expandir la consciencia de aquel que la ingiere y que sólo se halla en las desérticas tierras de Arrakis, donde cada uno de ellos se disputará el dominio; la clave del triunfo de los Atreides reside en el hijo del duque Leto, Paul, destinado a convertirse en el Kwisatz Haderach. Fábula cosmogónica cuyo oscuro, violento y grotesco imaginario de ensueño propone la interpenetración psicológica de sus personajes (escuchando así sus pensamientos, recurso puramente literario) y la capacidad de utilizar la fuerza del pensamiento como arma de destrucción. Elementos que sitúan a "Dune" en el opuesto reverso de la trepidante y luminosa "Star Wars".
En esta primera parte, situada bajo el signo permanente de la amenaza (así lo revelarán los extraños sueños de Paul), ya se hace hincapié en la obsesión de Herbert por las vías de la energía espiritual y el control místico de las sensaciones humanas. Tras una serie de intrigas y traiciones zanjada con una gran batalla, Paul termina exiliado en Arrakis, donde conoce a la tribu de los Fremen, para quienes se convertirá en su líder; surgirá entonces el héroe que yace en toda leyenda con el poder de vencer a las fuerzas del Mal (la casa Harkonnen, perfecta representación de la decadencia imperial), un salvador de la Humanidad, quien verá así cumplidas las premoniciones de sus sueños.
Atravesada por claras alusiones a la droga (la especia, causa de la guerra interestelar), preocupaciones ecológicas, cultura islámica, guerrilla y terrorismo, cuestionamiento del mesianismo, reflexiones sobre la condición humana, la lucha de clases y el desposeimiento de los bienes materiales con el fin de alcanzar la plenitud espiritual, la mitología protopsicodélica de "Dune" logra transportarnos a un espacio estilizado, fascinante y colmado de misterios donde lo esencial es dejarse llevar por la pura sensorialidad mientras las formas se abren camino en el inconsciente y se dota de movimiento y sonido a los pensamientos.
Prescindiendo de capítulos enteros del libro, Lynch opta por resumir los hechos por medio de una narración omnisciente, derivando el último tramo en un alucinante espectáculo (como es la gran batalla final entre los soldados del emperador y los Fremen a bordo de los gigantes gusanos, figura emblemática del film) que por su ritmo trepidante y su arrollador poder visual se inscribe en la mejor tradición de la aventura y la ciencia-ficción ochentera (y que nada tiene que envidiar a la "space opera" de Lucas), mientras el director logra con éxito incluir elementos de su propio imaginario (el gusto por lo esotérico, los sueños, las aberraciones y deformidades, los ambientes perturbadores, las perversidades...).
Éste cuenta con un reparto de estrellas donde sobresale la presencia de Kenneth McMillan, Francesca Annis, Sian Phillips, Jürgen Prochnow, Max Von Sydow, Brad Dourif, el cantante Sting (en un horrible papel) y el debutante Kyle MacLachlan, convertido poco después en actor fetiche de Lynch, quien aparece realizando un cameo (como su amigo Jack Nance). Apoyada también en un impecable trabajo técnico, como el diseño de producción, los efectos especiales, la fotografía de Freddie Francis o la banda sonora del célebre grupo TOTO, pese al enorme fracaso que sufrió en el momento de su estreno (detallado en Zona Spoiler por falta de espacio).
Nos hallamos sin duda ante una de las más ambiciosas, épicas, reveladoras, hipnóticas y colosales obras de ciencia-ficción y fantasía de todos los tiempos. Puedo jurar que cuando acabé de verla por primera vez (en mi preadolescencia) tuve la sensación de haber vivido una experiencia religiosa...
Hay una nueva versión, según creo. No existe para mí.
Todo ello en una aventura que nos transportará desde los límites de lo inimaginable hasta las fronteras de lo imposible...
Corría el año 1.971 cuando se preparaba uno de los más grandes proyectos cinematográficos de la Historia: adaptar la novela "Dune", escrita por el maestro de la ciencia-ficción y fantasía Frank Herbert en 1.965, éxito de ventas en todo el Mundo e iniciadora de una longeva saga que alcanzó el estatus de obra magna del género y la literatura. Los derechos adquiridos por el productor Arthur Jacobs (quien fallecería poco después) pasaron a manos de Michel Seydoux, eligiendo como director al visionario Alejandro Jodorowsky, que vio la oportunidad de dirigir su película definitiva.
Las consecuencias de reunir a un equipo estelar (donde se hallaban Orson Welles, Dan O'Bannon, Mick Jagger y Salvador Dalí entre otros), tergiversar el universo de Herbert y sobrepasar los límites del presupuesto fueron la triste crónica de una muerte anunciada, y "Dune" se paralizó...hasta que unos años más tarde Dino de Laurentiis volviera a pujar por los derechos, sin ver la luz un posible proyecto hasta entrados los '80. Ridley Scott fue contratado pero rápidamente despedido y la propuesta sería ofrecida, por decisión de la hija del productor, a David Lynch.
Éste, que venía de saborear las mieles del éxito con "El Hombre Elefante" y rechazar la oferta de George Lucas para dirigir la 3.ª entrega de "Star Wars", aceptó encargarse del guión aun sin haberse leído los libros de Herbert (él mismo declaró su nula afición al género). Tras un prólogo a modo de introducción explicativa que nos anuncia la mágica experiencia a visionar, "Dune" se desarrollará a lo largo de cuatro actos intentando condensar toda la intrincada narrativa de la novela así como la complejidad de su universo; en su tramo inicial se nos presentará la larga lista de protagonistas sumergiéndonos en la guerra que en un lejano futuro mantienen los Atreides y los Harkonnen.
La razón es poseer la especia melange, capaz de expandir la consciencia de aquel que la ingiere y que sólo se halla en las desérticas tierras de Arrakis, donde cada uno de ellos se disputará el dominio; la clave del triunfo de los Atreides reside en el hijo del duque Leto, Paul, destinado a convertirse en el Kwisatz Haderach. Fábula cosmogónica cuyo oscuro, violento y grotesco imaginario de ensueño propone la interpenetración psicológica de sus personajes (escuchando así sus pensamientos, recurso puramente literario) y la capacidad de utilizar la fuerza del pensamiento como arma de destrucción. Elementos que sitúan a "Dune" en el opuesto reverso de la trepidante y luminosa "Star Wars".
En esta primera parte, situada bajo el signo permanente de la amenaza (así lo revelarán los extraños sueños de Paul), ya se hace hincapié en la obsesión de Herbert por las vías de la energía espiritual y el control místico de las sensaciones humanas. Tras una serie de intrigas y traiciones zanjada con una gran batalla, Paul termina exiliado en Arrakis, donde conoce a la tribu de los Fremen, para quienes se convertirá en su líder; surgirá entonces el héroe que yace en toda leyenda con el poder de vencer a las fuerzas del Mal (la casa Harkonnen, perfecta representación de la decadencia imperial), un salvador de la Humanidad, quien verá así cumplidas las premoniciones de sus sueños.
Atravesada por claras alusiones a la droga (la especia, causa de la guerra interestelar), preocupaciones ecológicas, cultura islámica, guerrilla y terrorismo, cuestionamiento del mesianismo, reflexiones sobre la condición humana, la lucha de clases y el desposeimiento de los bienes materiales con el fin de alcanzar la plenitud espiritual, la mitología protopsicodélica de "Dune" logra transportarnos a un espacio estilizado, fascinante y colmado de misterios donde lo esencial es dejarse llevar por la pura sensorialidad mientras las formas se abren camino en el inconsciente y se dota de movimiento y sonido a los pensamientos.
Prescindiendo de capítulos enteros del libro, Lynch opta por resumir los hechos por medio de una narración omnisciente, derivando el último tramo en un alucinante espectáculo (como es la gran batalla final entre los soldados del emperador y los Fremen a bordo de los gigantes gusanos, figura emblemática del film) que por su ritmo trepidante y su arrollador poder visual se inscribe en la mejor tradición de la aventura y la ciencia-ficción ochentera (y que nada tiene que envidiar a la "space opera" de Lucas), mientras el director logra con éxito incluir elementos de su propio imaginario (el gusto por lo esotérico, los sueños, las aberraciones y deformidades, los ambientes perturbadores, las perversidades...).
Éste cuenta con un reparto de estrellas donde sobresale la presencia de Kenneth McMillan, Francesca Annis, Sian Phillips, Jürgen Prochnow, Max Von Sydow, Brad Dourif, el cantante Sting (en un horrible papel) y el debutante Kyle MacLachlan, convertido poco después en actor fetiche de Lynch, quien aparece realizando un cameo (como su amigo Jack Nance). Apoyada también en un impecable trabajo técnico, como el diseño de producción, los efectos especiales, la fotografía de Freddie Francis o la banda sonora del célebre grupo TOTO, pese al enorme fracaso que sufrió en el momento de su estreno (detallado en Zona Spoiler por falta de espacio).
Nos hallamos sin duda ante una de las más ambiciosas, épicas, reveladoras, hipnóticas y colosales obras de ciencia-ficción y fantasía de todos los tiempos. Puedo jurar que cuando acabé de verla por primera vez (en mi preadolescencia) tuve la sensación de haber vivido una experiencia religiosa...
Hay una nueva versión, según creo. No existe para mí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pocos títulos en la Historia del cine han logrado un nivel tan alto de repulsión, rechazo y odio como el obtenido por "Dune" en el momento de su estreno en 1.984. Esto la llevaría a ser considerada película maldita de la industria.
Con un abultado presupuesto de más de 40 millones de dólares y todas las esperanzas puestas en su equipo artístico y técnico, que comanda un entusiasmado David Lynch cuya carrera se avista prometedora tras el éxito de "El Hombre Elefante", Dino de Laurentiis por fin podría hacer realidad su sueño de llevar a la gran pantalla la mítica novela de Frank Herbert, la cual había estado en espera más de diez años para conseguirlo.
No obstante ese entusiasmo inicial del director pronto choca con la realidad de todo lo que debe afrontar, pues "Dune" significa para él un considerable cambio de escala en comparación con su obra anterior, en donde vivirá tres años de intenso y complicado trabajo, ahogado por un rodaje de grandes proporciones, medios excesivos, un equipo inmenso, productores avasalladores y la total pérdida del control artístico, no sólo durante la producción, ubicada en México para reducir costes, sino en la fase de posproducción, en la que se pondría en juego la espinosa cuestión del montaje final.
El expreso deseo de Lynch de alargar el metraje hasta una duración de tres horas no convence ni a los ejecutivos de Universal Pictures ni a Dino ni a su hija Raffaella, por lo que se acortaría hasta aproximadamente unos 130 minutos, añadiendo diálogos, narraciones en "off" y nuevas secuencias para simplificar, aun más si cabía, el complejo y detallista argumento del texto original de Herbert. Pero ésta sólo sería una de las muchas versiones del film, seguida de otras más extensas o con montaje alternativo que irían apareciendo en posteriores reediciones de DVD y emisiones en televisión (tal como sucedería con otra emblemática y maltratada obra de la ciencia-ficción de los '80: "Blade Runner").
Versiones en las que Lynch, tremendamente disgustado con los resultados, decidiría incluso cambiar su nombre en los créditos por el de Alan Smithee (conocido término que usan los cineastas como reemplazo de su verdadero nombre en un film del que reniegan) o Judas Booth (acertada unión de Judas Iscariote y John W. Booth). Con el montaje terminado, y con la ilusión del productor de derrotar a la infantil saga de Lucas, "Dune" fue erróneamente promocionada como si de otra "Star Wars" se tratase...
Pero dicha estrategia de marketing no se correspondía en absoluto con la película, que se encontró de repente con un aluvión de malas críticas y el descontento general en la taquilla americana, sólo funcionando bien internacionalmente, por culpa sobre todo del chapucero montaje y la obsesión de los productores de acortar la duración, los cuales dieron como resultado un confuso laberinto narrativo que degeneraba y desprestigiaba el tan querido universo de la novela.
Con una sola nominación en los Oscar a Mejor Sonido, "Dune" fue atacada desde todas partes y terminando su paso por los cines con una pobre recaudación de poco más de 30 millones. Por supuesto las secuelas literarias serían canceladas y no sería hasta mucho después, con las ventas domésticas y las reediciones en DVD, cuando el film alcanzaría el estatus de culto y, con el tiempo, el de incuestionable obra maestra de la ciencia-ficción y del cine en general, incomprendida, desmitificadora e indigesta en muchos aspectos, pero no así emocionante, ensoñadora, bellísima.
Todo esto poco importó al sr. Lynch, que tras el estrepitoso fracaso de "Dune" se lanzaría a realizar un proyecto al que le había estado dando vueltas desde antes de caer en las garras de los De Laurentiis (curiosamente volvería a colaborar con Dino), al cual bautizaría "Terciopelo Azul", su obra de la redención e iniciadora de lo que posteriormente habría de llamarse "universo "lynchiano" ".
Con un abultado presupuesto de más de 40 millones de dólares y todas las esperanzas puestas en su equipo artístico y técnico, que comanda un entusiasmado David Lynch cuya carrera se avista prometedora tras el éxito de "El Hombre Elefante", Dino de Laurentiis por fin podría hacer realidad su sueño de llevar a la gran pantalla la mítica novela de Frank Herbert, la cual había estado en espera más de diez años para conseguirlo.
No obstante ese entusiasmo inicial del director pronto choca con la realidad de todo lo que debe afrontar, pues "Dune" significa para él un considerable cambio de escala en comparación con su obra anterior, en donde vivirá tres años de intenso y complicado trabajo, ahogado por un rodaje de grandes proporciones, medios excesivos, un equipo inmenso, productores avasalladores y la total pérdida del control artístico, no sólo durante la producción, ubicada en México para reducir costes, sino en la fase de posproducción, en la que se pondría en juego la espinosa cuestión del montaje final.
El expreso deseo de Lynch de alargar el metraje hasta una duración de tres horas no convence ni a los ejecutivos de Universal Pictures ni a Dino ni a su hija Raffaella, por lo que se acortaría hasta aproximadamente unos 130 minutos, añadiendo diálogos, narraciones en "off" y nuevas secuencias para simplificar, aun más si cabía, el complejo y detallista argumento del texto original de Herbert. Pero ésta sólo sería una de las muchas versiones del film, seguida de otras más extensas o con montaje alternativo que irían apareciendo en posteriores reediciones de DVD y emisiones en televisión (tal como sucedería con otra emblemática y maltratada obra de la ciencia-ficción de los '80: "Blade Runner").
Versiones en las que Lynch, tremendamente disgustado con los resultados, decidiría incluso cambiar su nombre en los créditos por el de Alan Smithee (conocido término que usan los cineastas como reemplazo de su verdadero nombre en un film del que reniegan) o Judas Booth (acertada unión de Judas Iscariote y John W. Booth). Con el montaje terminado, y con la ilusión del productor de derrotar a la infantil saga de Lucas, "Dune" fue erróneamente promocionada como si de otra "Star Wars" se tratase...
Pero dicha estrategia de marketing no se correspondía en absoluto con la película, que se encontró de repente con un aluvión de malas críticas y el descontento general en la taquilla americana, sólo funcionando bien internacionalmente, por culpa sobre todo del chapucero montaje y la obsesión de los productores de acortar la duración, los cuales dieron como resultado un confuso laberinto narrativo que degeneraba y desprestigiaba el tan querido universo de la novela.
Con una sola nominación en los Oscar a Mejor Sonido, "Dune" fue atacada desde todas partes y terminando su paso por los cines con una pobre recaudación de poco más de 30 millones. Por supuesto las secuelas literarias serían canceladas y no sería hasta mucho después, con las ventas domésticas y las reediciones en DVD, cuando el film alcanzaría el estatus de culto y, con el tiempo, el de incuestionable obra maestra de la ciencia-ficción y del cine en general, incomprendida, desmitificadora e indigesta en muchos aspectos, pero no así emocionante, ensoñadora, bellísima.
Todo esto poco importó al sr. Lynch, que tras el estrepitoso fracaso de "Dune" se lanzaría a realizar un proyecto al que le había estado dando vueltas desde antes de caer en las garras de los De Laurentiis (curiosamente volvería a colaborar con Dino), al cual bautizaría "Terciopelo Azul", su obra de la redención e iniciadora de lo que posteriormente habría de llamarse "universo "lynchiano" ".