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Voto de Chris Jiménez:
2
Terror En Hope I, una central de investigaciones químicas, ocurre un grave accidente cuando un líquido de extraordinaria potencia se dispersa, causando la muerte a todos los componentes del equipo de la central. Este macabro suceso es seguido de un inexplicable y terrible fenómeno: científicos y técnicos del equipo de investigadores que han encontrado la muerte vuelven a vivir bajo la forma de zombies. Convertidos en muertos vivientes, se ... [+]
1 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que el tema de los muertos vivientes esté muy a la orden del día y la epidemia por el género más fresca que nunca, pero quizás no tanto ni tan fervientemente como hace cuarenta años.

Y es que en aquel momento mirabas debajo de una piedra, ¡y allí estaban los "zombies"!, llegados de cualquier título hecho con cuatro duros y todo el desparpajo del mundo; fue el momento clave: finales de los '70/principios de los '80, contando con dos fuentes de alimentación muy jugosas, el "Dawn of the Dead" de Romero y el "Zombi 2" de Fulci, principal responsable de la fiebre que se desató en Italia por este cine y sus desgraciados protagonistas. Y se desató de buena manera, con el "Holocausto Zombie" de Girolami y los "Zombies Atómicos" de Lenzi abanderando la década.
En ese 1.980 llegan también dos apocalipsis caníbales, y las dos son coproducciones entre España e Italia, una la realiza Margheriti y la otra un Bruno Mattei de casi 50 años que por fin ha dado el salto de asistente de dirección y editor a cineasta; pues en la segunda toma parte su buen amigo y colaborador Claudio Fragasso, quien ha escrito un ambicioso guión junto a su esposa uniendo el tema de los devoradores de cerebros y el de los caníbales, que también estaba muy de moda en el momento. Pero el poco presupuesto del que se dispone cambia las cosas y con ello la historia, la cual termina rodándose mayormente en Barcelona.

Ése será el primer aspecto que nos impida valorar la película positivamente. La acción no se inicia realmente en Nueva Guinea, como se sugiere, sino en la planta termoeléctrica de Sant Adrià de Besòs, donde Mattei, que la transforma en central química, logra un comienzo bastante atractivo, pero tan rápido desea impactarnos descubre sus cartas de mediocre director y lo corrobora una secuencia tan desagradable como idiota: una rata aparece de la nada y empieza a comerse a uno de los trabajadores; atentos todos, su compañero se queda patitieso y no actúa, sólo se acercará cuando ya esté muerto.
Esta manía es el motivo esencial de la cutrez de "Apocalipsis Caníbal" y lo que en mí despierta especial enfado: cuando hay un peligro o amenza hacia un personaje no habrá respuesta alguna, ni de él ni de los que tenga a su alrededor (¿vendría así escrito en el guión?). Además, el desarrollo de la trama principal se va nutriendo de varias subtramas que confluyen en una: por un lado hay unos terroristas (que son los buenos, ¿eh?) atacando una embajada estadounidense y pidiendo el cierre de la planta química (lo que viene a destapar un interesante ataque a las políticas corruptas de la industria, la brutalidad de las fuerzas militares y las injusticias contra las poblaciones del Tercer Mundo).

Y por otro todo cambia de tercio cuando vamos de la mano de unos reporteros a los entornos salvajes de Nueva Guinea, enlanzando así la película con las historias sobre indígenas y canibalismo tan del gusto de la "exploitation" mediterránea, teniendo como referencia principal el "Holocausto Caníbal" de Deodato; pero el salir del entorno urbano le sienta tan mal como a la de Fulci (de la que también se copia), y así tenemos otra aventura de muertos vivientes en una tierra remota y desolada, lo que viene bien para no gastar muchas liras. Los S.W.A.T. que liquidaron a los terroristas (un "Equipo "A" " a lo bestia) se unen malamente a la intrépida reportera Lia y su cámara Pierre.
Este cuadro desafortunado nos honrará con interacciones pésimas y diálogos insustanciales a más no poder, sirviéndonos también para comprobar los malos actores que se agenció Mattei, quien nos conduce hacia una huida inexplicable y sin sentido entre prácticas indígenas indigestas y tediosas (los instantes en la tribu salvaje se hacen eternos) y masacres con mucho "gore" y crudeza visual, donde destacan los baratos pero efectivos trucos visuales de Giuseppe Ferranti y Antonio Balandín. No importa demasiado la locura neurótica de los personajes ni la carga psicológica, sólo destacando un momento en concreto.

Realmente impactante: Zantoro pierde la cabeza y se lanza contra los "zombies", burlándose de ellos; impactante quizás por el desasosiego y el humor negro con que Mattei trata el momento. Lo demás son secuencias ultraviolentas donde, como dije antes, a los protagonistas se les priva del derecho de la inteligencia, y así, cuando sus enemigos se acercan, ellos se quedan inmóviles (curioso, aquí se mueven más los "zombies" que los humanos)...ciertamente el efecto produce una rabia incontrolable que lleva a proferir insultos contra la pantalla, y esa no es manera de disfrutar de una película, hombre...
Y no hablemos de los que "interpretan" a dichos muertos vivientes, actores amateurs con unas poses y expresiones que asustan de lo ridículas que son, aunque no sé si más que las mostradas por la guapa italiana Margit Gansbacher en sus ataques de pánico (¿alguien es capaz de gritar y abrir los ojos así al mismo tiempo?), cuyo único instante de gloria (y el de todo el film) es cuando se desabrocha la chaqueta y Mattei enfoca un primer plano de sus pechos. Un clímax sangriento y apocalíptico viene a poner la guinda a tal despropósito, reforzando el sinsentido (¿van los protagonistas a la planta a que los maten por voluntad propia?...).

Rematada con un guiño al final de "Aullidos" y usando imágenes "prestadas" del documental "La Isla de los Caníbales" para suplir las carencias de presupuesto (así como música del grupo Goblin ya empleada en otras películas), esta mugrienta y descarada muestra del "trash zombie" ochentero no tuvo prácticamente repercusión en la época, pero parece que se mantiene como una joyita de culto del género para los más "freaks".
Para mí no, desde luego; ésa es "Zombi 2" y poco más.
Chris Jiménez
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