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Voto de Chris Jiménez:
5
Ciencia ficción. Acción Corre el año 2021 y la mitad de la población sufre de una enfermedad llamada "síndrome de atenuación de los nervios". Johnny (Keanu Reeves) es un mensajero de información, una persona que lleva los datos más importantes del siglo XXI, directamente implantados en su cerebro. Su información será muy valiosa para una corporación farmaceútica. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Johnny Mnemonic" puede pasar por ser una de las películas de ciencia-ficción más extrañas que se han hecho, no sólo por su argumento, sino por la curiosa manera en que se concibió como proyecto cinematográfico.

En el año 2.020 el planeta ha sido asolado por un devastador virus del cual se desconoce su vacuna, el Síndrome del Temblor Negro, pero asimismo los avances tecnológicos son indescriptibles y dominan la sociedad, una sociedad fría y computerizada donde los recuerdos son borrados al pulsar una tecla y las emociones son meros códigos almacenados que fácilmente pueden destruirse, comprarse o venderse.
Ese es el decadente y oscuro mundo donde vive John Mnemonic, un hombre preparado biológicamente como correo humano que es capaz de transportar valiosas cantidades de información en su cerebro por dinero, sin saber qué es lo que lleva ni para quien lo lleva. Su último trabajo antes de retirarse será, como siempre, de lo más jodido; no sabe por qué pero dos científicos le han contratado para que transporte una información que servirá para salvar a la Humanidad, pero que pondrá, desde ese mismo instante, su vida en peligro. La poderosa empresa Pharmakon, dirigida por la mafia japonesa, quiere la cabeza de Johnny para arrancarle los datos que tiene dentro, así que la hora de la caza ha comenzado.

A principios de los '80, el escritor William F. Gibson, uno de los pioneros del "cyberpunk" y "steampunk", y el que acuñó el término "ciberespacio", ideó una historia corta llamada "Johnny Mnemonic" que pasó a formar parte de su colección "Burning Chrome", junto a otros célebres relatos como "New Rose Hotel" o "The Gernsback Continuum", donde exploraba los efectos que pudiera tener la tecnología en la sociedad y las consecuencias de que lo virtual controlara la vida humana. Robert Longo, pintor y escultor americano, pasó a convertirse en realizador de vídeos musicales y en los '90 puso su granito de arena en la serie de culto "Historias de la Cripta".
Longo y Gibson se cruzaron y tuvieron la idea de convertir el relato de este último en un film independiente de no más de 2 millones de dólares, pero viendo la Sony Pictures cómo había crecido en ese momento el interés por el "cyberpunk" paralelamente al uso de las nuevas tecnologías e Internet, decidió aportar dinero al proyecto para que fuera una auténtica película. Así fue cómo un pequeño trabajo artístico acabó convirtiéndose en un largometraje, con Longo por primera y última vez al mando de tal hazaña. ¿Qué pasó?, que Gibson reescribió su historia y la adaptó a los parámetros del cine del momento, y lo que era un interesante concepto terminó ahogado en las concesiones propias del mundo hollywoodiense.

En "Johnny Mnemonic" se cambian partes de la novela y se añaden otras para que el resultado quede más atractivo en pantalla, pero es algo que no consigue. La premisa de la historia pinta la mar de interesante en una trama conducida de manera trepidante e interesante durante sus primeros tres cuartos de hora, aunque cuente con algunos de los clichés más sonados del cine de acción...desgraciadamente, por culpa de lo mal tratada que está en el film, va perdiendo gracia y cae en picado a medida que va avanzando. Será porque el protagonista, chulo, temerario, y huraño aunque poseedor de buen corazón, es un arquetipo de este cine, porque los malos son de chiste, porque los diálogos caen en el ridículo en ciertas ocasiones, porque ya hemos visto una historia así antes y mejor llevada, donde efectivamente la carrera a contrarreloj que Johnny emprende no es tan excitante como aparenta (estando muchísimo mejor contada la de Plissken en "Rescate en New York").
Realmente el punto fuerte de este film son los efectos visuales y el mundo que Gibson crea, tan imaginativo y (como han apuntado otros) "friki" a más no poder, a medio camino entre "Blade Runner", "Cyborg" y "Desafío Total", siendo muy deudor de K. Dick, donde nos encontramos un muestrario de "genialidades" a cada cual más chocante, y no es para menos: tenemos una sociedad en plan post-apocalíptico, yakuzas, láseres cortantes, un predicador psicópata, cyborgs, implantes cerebrales, universos informáticos...¡y hasta un jodido delfín! De no creérselo, ¿verdad?

Keanu Reeves, chulo como nadie, encabeza el pintoresco reparto de este simpático despropósito, siendo secundado nada menos que por el forzudo Dolph Lundgren en su último papel en una película para cines, la atractiva y muy mediocre Dina Meyer, cuyo papel en el relato era mucho más interesante, el puñetero Ice-T, el anodino y bufonesco Udo Kier y una verdadera sorpresa para mí, un Takeshi Kitano previo a tener el accidente que le paralizaría la cara, y que es el único que me cae bien de todo este plantel.
Una amarga crítica a la dependencia del ser humano de la tecnología, con acción, gotas de humor y romance que se despeñó en taquillas americanas pero funcionó bastante bien en otros países, siendo una muy importante influencia para el "Matrix" de los Wachowski...quedándose para algunos en mera anécdota y para otros en obra de culto.
Chris Jiménez
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