Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Fantástico. Acción. Aventuras. Ciencia ficción El multimillonario fabricante de armas Tony Stark (Robert Downey Jr.) debe enfrentarse a su turbio pasado después de sufrir un accidente con una de sus armas. Equipado con una armadura de última generación tecnológica, se convierte en "El hombre de hierro", un héroe que se dedica a combatir el mal en todo el mundo. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay héroes que, bendecidos por una genética fuera de lo común, nacen con poderes asombrosos, sin embargo otros han de lograrlos a través de un accidente o una experiencia que ponga a prueba todas sus capacidades físicas, emocionales y filosóficas.
Y el "hombre de hierro" es una de las pruebas más fehacientes de ello en el universo del cómic.

Un páramo en algún desierto perdido de territorio afgano; decenas de terroristas preparados ante una cueva de la que emergen sonidos de explosiones, gritos y golpes, y la sala, hasta reventar, pendiente de ese segundo mágico...y de repente ahí está, un gigante de acero dispuesto a arrasar a todos los que hay por delante. Todos reaccionaron sorprendidos, y yo, con 15 años de edad, puedo jurar que también; ya está, Tony Stark nos tiene en el bolsillo. De esto hace ya 13 años, un 3 de Mayo de 2.008, y recuerdo la emoción de ver aquel día en pantalla a uno de los superhéroes favoritos de mi padre.
Si bien Iron Man no me produjo el impacto que sí lograron Spider-man o la Patrulla "X", poco a poco, y gracias a que en mi casa había guardados viejos tebeos de él, le cogí un cariño especial, a pesar de representar valores y exhibir comportamientos que un niño es incapaz de entender. Y es esa manera tan particular que tuvo de concebir el sr. Stan Lee (y sus colegas Larry Lieber, Jack Kirby y Don Heck) al personaje, en 1.963, durante un momento delicado: la cúspide de una Guerra Fría que amenazaba el futuro de EE.UU. y la de una Guerra de Vietnam recrudecida tras la participación de Lyndon Johnson.

Y de por medio un Howard Hughes moderno, dedicado a fabricar armas, un capitalista orgulloso de serlo devorado por su soberbia, actitud infantil e insoportable y afición al alcohol y a las mujeres de una noche; no fue creado, desde luego, para llevarse el aplauso del fan medio de la época...y contra todo pronóstico lo consiguió. La posibilidad de llevar al ya mítico Anthony Edward Stark a la gran pantalla es algo que se estaba barajando desde comienzos de los '90, pero como todos los proyectos cinematográficos basados en cómics, éste tuvo que tomarse su tiempo.
No fue hasta mediados de ese año 2.000 en el que la popularidad de las adaptaciones de Marvel había subido como la espuma (algunas con mayor acierto que otras...) cuando por fin se cumpliría un deseo de más de una década, y además sería el primero exclusivamente producido por Marvel, que se independizó e hizo con los derechos para crear un estudio propio. El genial actor reciclado en cineasta Jon Favreau, después de demostrar su habilidad para las superproducciones con la entrañable aventura de fantasía "Zathura", quizás era el más indicado para sentarse en la silla del director, y por elección suya acabó en la piel de Stark nada menos que Robert Downey Jr..

Actualmente nadie lo diría, pero hubo una época en la que este hombre descendió a lo más bajo por culpa de sus adicciones y extravagante vida privada; gracias a obras independientes como "Kiss, Kiss! Bang, Bang!" o "Memorias de Queens" vuelve a situarse en lo más alto y corrobora sus ansias de comerse Hollywood aceptando el papel, en el cual parece encajar de maravilla. Un "flashback" en mitad de un gran caos sirve de presentación del protagonista y los secundarios que le rodean, un tipo que ni se presenta porque se lo está jugando todo en la mesa de un casino en lugar de recoger un premio.
Downey, con un desparpajo y chulería únicos, se encarna a sí mismo pero también modela los trazos de este individuo mujeriego y arrogante que nos sacará de quicio durante un buen tramo de película, cuyo estilo desenfadado, pomposo y políticamente incorrecto bien podría pertenecer a Scorsese o Tarantino; de por medio, una de las secretarias más discretamente sensuales de la Historia interpretada por Gwyneth Paltrow y un Jeff Bridges en la piel del manipulador y cruel Obadiah, que será tratado desde la distancia y sin gozar de la más mínima introspección psicológica (es malo porque es malo y no hace falta preguntarse nada más).

Pero el guión escrito a ocho manos por Hawk Ostby y Mark Fergus (responsables de la tergiversada versión de "Hijos de los Hombres") y Art Marcum y Matt Holloway deja fuera todo rastro del humor imperante y Favreau nos sumerge en las entrañas de un terrible conflicto bélico cambiando el Vietnam original por el moderno Afganistán y lleva la atmósfera a un cambio drástico.
Oscuridad, desasosiego y violencia que cruje los huesos, filmado de cerca y con gusto por el realismo; Stark deja de ser el playboy adinerado que hace juguetes de guerra para convertirse en preso maltratado de unos malnacidos que anhelan el poder para hacer la guerra.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Aun así, como alguien que siempre ha preferido el lado humano de la historia, he de decir que los guionistas de "Iron Man" no decepcionan en ese aspecto; ésto, unido a todos los aciertos del film en cuanto a labor técnica (mucho efecto digital para mi gusto, eso sí) e interpretativa, hizo que superase en poco tiempo los 300 millones de dólares recaudados en taquilla y encandilara tanto a fans como a críticos, al igual que la brillante actuación de Downey.
Empieza así, con una enorme primera piedra, la carrera de Marvel Studios, hoy día responsable de gastar cifras billonarias en basuras sin la menor calidad (pero eso es otra historia...). Otros dos puntazos a destacar: la banda sonora y el cameo de Stan Lee, como siempre debió de aparecer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow