... a pesar de conocer su final. Eso gracias a una planificación que no deja nada por explicar, una fotografia espléndida y unas actuaciones buenísimas, en especial de ese monstruo que es Sutherland.
Es tremenda la narración de como lo que empieza como una pilleria del nietecito vago y juerguista se va convirtiendo en una pesadilla.
No creo que en Italia guste mucho, porque se da una visión bastante mala del país, aparte (no "a parte" como dicen los analfabetos de hoy) de las maravillosas imágenes de Roma.
Y llama la atención que lo que en los 70 era la mayor fortuna del mundo, mil millones de dólares, sólo 50 años después sea una pequeña parte de las de Brezos o Amancio de hoy.