Es sorprendente, admirable su técnica, pero jamás podrá sustituir al rodaje con personajes de carne y hueso y paisajes reales.
Es como ver el primer y último cuarto de hora del soldado Ryan tras tomarse un tranquilizante y a través de un filtro que vele el horror físico inevitable.
Está claro que se produjo así por motivos económicos.
Confío en que no traiga secuelas.