Haz click aquí para copiar la URL
España España · Castellón de la Plana
Voto de Eloy Abadía:
9
Animación. Drama. Aventuras. Comedia. Musical. Infantil La sabana africana es el escenario en el que tienen lugar las aventuras de Simba, un pequeño león que es el heredero del trono. Sin embargo, al ser injustamente acusado por el malvado Scar de la muerte de su padre, se ve obligado a exiliarse. Durante su destierro, hará buenas amistades e intentará regresar para recuperar lo que legítimamente le corresponde. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2013
Sé el primero en valorar esta crítica
Con El Rey León estamos ante el culmen del cine de animación en Disney, que desde que estrenó en 1937 Blancanieves y los siete enanitos no encontró rival en este género y con éxitos muy acertados como Dumbo, Alicia en el país de las Maravillas o Pinocho, supo reinar durante medio siglo sin competencia ni rival.

Llegaron los 80 y con ellos un cine de más moderno y de más calidad basado en unos efectos especiales que ya venían asomando desde finales de los 70 con películas como Star Wars, Indiana Jones, Regreso al futuro o Blade Runner pero Disney no encontraba la fórmula para repetir éxitos como en el pasado ante la gran competencia cinematográfica del momento. Tod y Toby, Basil u Oliver y su pandilla fueron estrenos ochenteros de Disney que no lograron estar a la altura de la escala cinematográfica.

En 1989 aparece La Sirenita, y con ella se notaba una bastante mejora, pero es en 1991 con el estreno de La bella y la bestia cuando la mayor compañía de medios de comunicación y entretenimiento del mundo daba con la tecla exacta para repetir pasados éxitos. El dejar de plasmar en las pantallas sus propias ideas originales que tantos fracasos les dio en los 80 y volver a adaptar cuentos populares, acompañado de un gran guión, unos personajes entrañables y una grandísima banda sonora, fue suficiente para que Disney volviese a estar en la brecha del cine de animación.
En 1992, Aladdin asume el reto de mantener el nivel dejado por su predecesora, La bella y la bestia que había sido la primera película de animación en colarse entre los nominados a mejor película en los Oscar, y de ganar uno por su banda sonora. Finalmente Aladdin mantiene el listón con un notable alto pero sin llegar al sobresaliente de su predecesora.

Pero Aladdin dejaba algo más. Si por algo recuerdo aquellas películas de Disney, eran los trailers que venían en las ediciones de VHS en los que se mostraba la película de Disney del siguiente año. En aquella época no había internet, ni muchas revistas de cine, ni programas de cine en televisión en los que pudiésemos ver los próximos estrenos. Así que pasábamos un año entero viendo sólo los dos minutos que duraba el trailer e imaginando y soñando como sería esa próxima película en llegar.

Y la próxima película de animación llegó, tardó dos años, con motivo del estreno de Pesadillas antes de Navidad de Tim Burton, pero llegó. Y llegó de una forma que gustaba mucho a Disney pero que no le había dado mucho éxito en algunas de sus adaptaciones, llegó utilizando a animales humanizados con capacidad para hablar. Imagino que ya sabréis de la película que estoy hablando, estoy hablando de la película que da título a esta entrada de 1994, El Rey León.
Con esta película Disney tocó techo en cuando a cine de animación, no sé si es que después se les terminó las ideas o que todas las ideas fueron a parar en 1995 a Píxar donde, desde Toy Story, sin duda está haciendo auténticas obras maestras como Up, Ratatouille, Los increíbles etc.
Pocahontas, que llegó en 1995, un año después, supo mantener un profundo guión y una gran banda sonora pero El Jorobado de Notre Damme, Hércules, Tarzan o Mulán entre otras que vinieron en el futuro, basaron sus bandas sonoras en una sola canción, dejando en el olvido a las demás, además de volver a viejos hábitos de los 80 con guiones realmente escasos de sentimiento.

Pero el tema por el que escribo este artículo es El Rey León. Esta película siempre va a tener un hueco en mi historia, a pesar de ser mi favorita, porque fue la primera película que vi en un cine y sin duda, fue un gran comienzo.

Existen dos formas de ver esta película. Una es viéndola con cinco años como hice yo y disfrutar de las aventuras de un pequeño león desde que es un cachorro hasta que se hace mayor entre canciones pegadizas y unos amigos graciosos que al final se unen a él para obtener un final heroico cargado de emoción y valentía.
Otra forma de verla es siendo más mayor y disfrutar de cada una de las escenas, tanto musicales como interpretativas.
No hay que saber mucho de cine para darse cuenta viendo los cinco primeros minutos de la película, que estamos ante una de las mejores películas de la historia, la 74º según IMDb (base mundial del cine y la televisión donde cualquier persona puede votar).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eloy Abadía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow