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Ecuador Ecuador · Latacunga
Voto de darkman:
9
Drama Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
11 de noviembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la novela "La suerte de Barry Lyndon" (publicada en episodios desde enero a diciembre de 1844 y reeditados completamente en Nueva York en 1852) del escritor William M. Thackeray, por parte de un implacable Stanley Kubrick que supo plasmar en poderosas imágenes un relato muy poco conocido e incluso recibido en su día con mucha indiferencia e incluso hasta con hostilidad.

Empezaré diciendo que cuando empecé a ver este film (que dura aproximadamente un poco más de tres horas) no sabía mucho sobre la historia, más allá de que la dirigía el bueno de Kubrick, que la protagonizaba Ryan O'Neal, que era un drama de época y por supuesto la famosa anécdota de que el director había pedido prestado para la filmación varias lentes de una cámara Zeiss que tomó de la mismísima NASA. Punto, no sabía nada más.

Ya después de los créditos finales, puedo decir que he quedado impresionado por casi todos los frentes. Primero por la belleza audiovisual plasmada, grandilocuente, exquisita, preciosa, rica y potente con la fue filmada. Segundo por el soberbio trabajo en la puesta en escena, maquillaje, vestuarios, decorados, música. Tercero porque durante todo su metraje siempre me mantuvo interesado en una trama que involucra a un protagonista casi inexpresivo, mezquino y cuya vida, si analizamos, es algo ya visto y contado muchas veces, es más se podría decir que casi no tiene un ápice de ser interesante o entretenido. Y si a eso sumamos que vamos a presenciar una tragedia, pues vamos que la cosa no "pinta" muy bien que digamos.

Sin embargo el originario de Manhattan vuelva a hacer de las suyas, mostrándonos de nuevo toda su genialidad y mostrándonos posiblemente una de las películas más bellas jamás filmadas, que podría catalogarse como una obra de arte en pleno movimiento, ya que cada plano es tratado como si fuese una pintura realista de Hogarth, Breton, Millet o Daumier. Hay un trato tan reverencial hacia cada secuencia que uno solo puede quedar perplejo ante el trabajo tan apabullante y de carácter envolvente que ha realizado.

Y en ese apartado es imposible no nombrar el maravilloso trabajo de John Alcott, justo merecedor del premio Oscar por su enorme labor en este film. Además destacar a Roy Walker y Vernon Dixon en lo que a escenografía y Milena Canonero junto a Ulla-Britt Söderlund encargadas del vestuario.

Sobre el reparto todos correctos empezando por Ryan O'Neal, Marisa Berenson, Leon Vitali, Patrick Magee, Marie Kean, Philip Stone, Hardy Krüger, Gay Hamilton, Wolf Kahler y Steven Berkoff.

Poco más que acotar.
darkman
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