Pues parece que si se puede y el único hombre en el mundo que puede hacer que la gente vea semejante bodrio y peor aún genere tal cantidad de dinero en la taquilla además, parece que es el señor Michael Bay. Una de dos, o este tipo es muy inteligente (que no creo) o toda esa gente que fue al cine se está convirtiendo en estúpida. Tal vez es 50/50.

Ya nos atormentó con esta saga de robots y parece que la vida de esta porquería llamada Transformers tiene una larga vida aún por desgracia. Si tuve un terrible dolor de cabeza después de ver Transformers: El lado oscuro de la Luna, después de esta cuarta entrega parecía que me iba a explotar la cabeza, pero de coraje por el aburrimiento.

Muchas explosiones, peleas y hasta dinosaurios, pero todo es tan artificial y sin ni siquiera un ápice de sentido común o peor aún sentimiento o sensibilidad.

El único punto que medio se salva es Mark Wahlberg y pedirle que por favor no se presente en la próxima entrega que de seguro se confirma, pues después de semejantes números hasta yo me atrevería a poner algunos centavitos a la producción para ganarme mi comisión.

Que importa si es mala, igual sigue dando de comer a quienes la producen.