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España España · Santander
Voto de Jonesy :
10
Drama Frank Galvin (Paul Newman), un maduro abogado en decadencia, es un adicto al alcohol que sobrevive gracias a pequeños y rutinarios trabajos. Un antiguo socio le recuerda el caso, todavía sin resolver, de un error médico cometido en un hospital y del que Galvin se había ocupado. No es nada fácil para él trabajar de nuevo de forma profesional, pero su tesón es tal que no tarda en averiguar que puede ganar el caso. Es entonces cuando ... [+]
8 de febrero de 2008
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que veo esta joya del cine de juicios no puedo dudar que gran parte de su grandiosidad está en la interpretación de Paul Newman, pocos actores son capaces de representar la caída del ser humano en el abismo de la autodestrucción como él, recuerdo “El buscavidas” mucho más joven pero igual de sólido. Claro que atribuir todo el mérito al genial actor sería un tanto injusto, pues está muy bien respaldado tanto por la dirección de Lumet como por el resto de un reparto en el que destacan James Mason, Jack Warden y Charlotte Rampling que dan cuerpo y vida a una obra maestra de la planificación, desarrollo y conclusión, actos diferentes representados con una sobriedad difícil de encontrar. Y es que “Veredicto final” no se limita a contar la historia de un juicio, sino que constituye un juicio a la propia sociedad, a la insensibilidad de las personas que se supone representan la justicia, y que lo hacen de manera fría cuantificando mediante cifras el pesar y el sufrimiento de las personas a las que representan. La justicia es una palabra que se compra, en función de la categoría social las posibilidades aumentan o disminuyen para que esa palabra se cumpla, así vemos la realidad de la cruda sociedad, la lucha de David contra Goliat. Esa es una parte, la otra es el aspecto personal del protagonista, un abogado alcohólico que se topa un caso que puede resolver sin llegar a juicio, una oportunidad única para encontrar un respiro al que renuncia al ver a la víctima, para posteriormente negarse a pactar y decidir buscar una justicia que está lejos de su actual preparación. Sin ningún tipo de estereotipos Lumet abre campo a personajes reales, humanos, Newman no sólo se enfrenta a una legión de abogados sino indirectamente a los intereses de los afectados que pretendían una compensación económica que cerrara el caso. Traiciones y sentimientos encontrados, los protagonistas no dividen sus andanzas en actos de diferente color con finales felices, la vida no se arregla en una Sala de juicios, los problemas personales no se resuelven siempre, sino que pueden empeorar. Una maravilla de película de imprescindible visionado.
Jonesy
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