Me gustan los remakes, no quiero anclarme en el pasado cinematográfico, veo muy interesante el planteamiento de viejas ideas aplicadas a la corriente temporal. Incluso en no pocas ocasiones, los remakes han servido para mejorar el original, en otras han sido buenas anécdotas, en otras desastrosas películas. Este nuevo Conan yo lo pondría dentro del grupo de remakes anecdóticos, ni bueno ni malo, extraño y un poco complicado de puntuar. Por una parte, no es nada aburrido, el film es muy directo y conciso en todo momento, pero cada vez que oigo la palabra “Conan” y veo a este chico, me quedo descolocado. Por mucho que se esfuerce en poner cara de malo no puedo evitar acordarme del Austriaco y les aseguro que me juré aparcarlo en mi mente y abrirme a esta nueva visión. ¿Cuál es el problema entonces? Que a Jason Momoa le queda gigante una pantalla de cine, y pese a su entusiasmo físico en ningún momento me transmite nada. La película está bien realizada, buenas coreografías, buenos efectos visuales y dentro del mundo del personaje, sangre y sexo, además de aparcar los chistes estúpidos que han salpicado producciones similares. Pero llegados a este punto, están los personajes, y estos son tan fríos que terminan por congelar la historia, francamente, no me importaba lo más mínimo lo que les sucediera a ninguno de ellos. Casi me atrevería a decir que el problema de este “Conan” es precisamente que no es “Conan” y de haberlo llamado de otra manera al menos se hubiera evitado la comparación y la perspectiva le hubiera sido más favorable, como he dicho antes Momoa no es ni puede ser “Conan” y no sólo porque uno se acuerde del gobernador sino porque pienso en unos cuantos actores que le al menos le hubieran otorgado más “cuerpo” al personaje. Schwarzzenegger no tenía ni que abrir la boca y ya era Conan, y como ha citado algún otro compañero incluso “The Rock” hubiera sido una imagen más refrescante y apropiada. Al final pienso en otros films castigados por la crítica que me han gustado bastante más con sus nuevos aires, Sam Worthington fue mejor Perseo y la película de Le Terrier más entretenida y mejor desarrollada en todos los aspectos. Me gusta Nispel como director y la visión que tiene del remake tanto en “La matanza de Texas” como en “Viernes 13” supo extraer lo mejor de aquello y adaptarlo, mejorando considerablemente las originales, en este caso su visión se quedó a medias, y qué quieren que les diga, incluso su modesto “Pathfinder” me resulta más interesante que este deslavado Conan televisivo.