Tim Burton es un director que nunca deja indiferente, hubo un tiempo, concretamente tras su primer “Batman” que le siguió una corriente benevolente que se adhería a cada nueva película que realizaba. Personalmente y como a tantos otros, me fascina su manera tan personal de ver las cosas, quizás por ser diferente, algo que también es en lo personal. Sea como fuere, perdió un poquito de crédito con su remake de “El planeta de los Simios”, su pecado: Aplicar el criterio comercial habitual de las grandes producciones. Si bien no fue ni mucho menos su logro más interesante, tampoco es un film tan fallido como la fama que le persigue. Ahora parece que la moda es juzgarle con más severidad, a cada nuevo reto que se propone. “Dark Shadows”, es un film 100% Burton, atesora todos elementos distintivos del director, goticismo, humor negro, Elfman en su línea… no hay grandes diferencias en cuanto a su planteamiento que no tuviera por ejemplo “Sleepy Hollow”, aunque aquella no fuera una comedia en toda regla. El director sigue manifestando su inquietud por aquellas personas que al ser diferentes son calificadas arbitrariamente, algo habitual en sus películas, sus personajes son raros, incomprendidos, rechazados, visualmente desconcertantes, tienen serios problemas de adaptación… lo pudimos ver en “Eduardo manostijeras”, “Ed Wood”, sus Batman, el repertorio es extenso y se vuelve a manifestar aquí. La única diferencia que observo con el paso del tiempo, es que su humor, antaño más oscuro y crítico es ahora más explícito y convencional, esto es que las situaciones adquieren un tono mucho más cómico, por mucho que algunas de las escenas tengan en su desarrollo poca gracia por las consecuencias. “Dark Shadows” es un film notable, sobretodo porque es muy atrayente desde su magnífico comienzo, divertida y con momentos realmente memorables (véase la escena con los hippies, no tiene desperdicio), los continuos homenajes a “Drácula” (Lugosi), “Nosferatu” (Murnau), “El último hombre… vivo”... No será su mejor película, pero tampoco desmerece ni un plano el sello del inconfundible y genial Tim Burton.