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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Voto de Arsenevich:
7
Drama En Stockton, ciudad de California, un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach), que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a un muchacho que quiere ser boxeador (Jeff Bridges) y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor. "Fat City" es una expresión de la jerga boxística que quiere decir "Paraíso en la Tierra". (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Huston, mundialmente conocido como el director que mejor ha sabido retratar a los perdedores en el cine, nos regala con «Fat City» otra fábula sobre la derrota y la capitulación ante las incontables dificultades cotidianas en una sociedad, la de los setenta, que, vista en perspectiva, termina siendo un presagio claro de lo que son nuestros días: un erial de sueños rotos, un solar de esperanzas perdidas y de energías mermadas tan sólo con la impepinable tarea de sobrevivir día tras día.

El film está contagiado de una estética sucia e indecorosa mediante la cual el director hace gala una vez más de su gran versatilidad tanto para elaboración de discursos como para el empleo de diversos lenguajes estéticos, pero creo que la principal herramienta de comunicación que emplea el film es su ritmo narrativo, en ocasiones abúlico y apático como la propia vida de los protagonistas, miserable retablo que intercala decepciones y esperanzas en un sendero vital en el que se recogen cebollas rodilla en tierra, se bebe en abundancia para lograr cierta insensibilidad ante la triste realidad y se prepara con muy malas pulgas una cena inmunda a base de filetes poco hechos, guisantes enlatados y kétchup en muy dudoso estado de conservación.

Los personajes, como guiñoles de la miseria material y espiritual que enmarca toda la trama, resultan en ocasiones exagerados, pero no creo que se deba a un desajuste de guion sino a una clara intención en el discurso de Huston. La práctica del boxeo, como en muchísimas otras películas, no deja de ser un reflejo del combate a puñetazo limpio que en la mayoría de las ocasiones suele ser la vida, y en la que los contendientes, por lo general, ven su autoestima derrotada por un categórico nocaut…

Meritoria cinta de Huston, con título irónico, y recargada de una amargura mordaz que pese a todo termina despertando un sentido de esperanza algo fugitiva en la curiosa y perturbadora secuencia final, en la que la parálisis y la hemiplejia de la imagen nos llevan a pensar en la nada más absoluta como posible camino de redención.
Arsenevich
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