- El dueño de las tierras, le deja poner la tubería a cambio tan sólo de que el sujeto protagonista se bautice. (Claro!, es que los más fieles devotos de la iglesia, cualquiera que sea esa iglesia, se distinguen precisamente por su altruismo. Si no me creen vayan a misa el domingo y miren el color rojizo de las monedas del canastillo de la limosna. Y cuando echan un sobre es para que no se vea que no han echado nada.)
- El protagonista pierde la compostura en el restaurante con otro tipo porque pensaba que éste último le quería dar lecciones de educar a su hijo. Esa mala leche puede que le haya valido a Daniel Day-Lewis para ganar el oscar señores, pero también sirve para descubrir un guión incoherente.
- El odio que procesa a su vástago en el tramo al final es exagerado y fuera de lugar a todas luces, solo visto anteriormente en ese violento y a la vez exitoso libro de ficción, en el que un tal Abraham, quería sacrificar cual cordero a su hijo Isaac en obediencia a Dios.
- El suceso de la bolera es absurdo señores, el pastor se deja morir como un cabritillo por un lisiado que tiene bolera propia, pero tiene mala puntería.
- No creo señores que alguien se busque tantos problemas con la iglesia por escamotear 5000$, pero después se decida aceptar la oferta por el pozo de “coyote” por 150000$ sin regatear y sin pensar un segundo. A veces sórdido en el negocio, y a veces indolente.¿En que quedamos?
- Y ¿que pega hay con la traducción del título al castellano? Se censura "haber" en futuro o "sangre".

Me sabe mal darle un cuatro, pero obligado me veo a ser coherente, tener criterio propio, y enfocar la realidad desde la perspectiva más objetiva, que sabido es por todos, es mi perspectiva.