La última propuesta que ha lanzado el director canadiense consolida su madurez profesional que ya desde años ha es indiscutible su condición de gran cirujano que disecciona, mediante sus films, los deseos ocultos y obsesiones de unos personajes enturbiados en los rincones de la trama propuesta. En “Maps to the Stars” (alusión al recorrido que se puede hacer por los hogares donde reside lo más variado del “star system” hollywodiense) el realizador de “La Mosca” (The Fly, 1986) se entromete en la vida de unos atormentados personajes aquejados por la enfermedad de la fama, el exceso de popularidad y un traumático pasado que va desde los abusos al incesto, la sobreprotección al desengaño. El círculo vicioso se convierte en la verdadera enfermedad en que el doctor Cronenberg, nuevamente con su precisión de cirujano salvaje, deja sin embargo el bisturí y prefiere escudriñar en las mentes obsesas de unos personajes marcados por su destino; tras su gastado afán de ambición, acaban salpicados por ser meras caricaturas retratadas. Desde el aspirante convertido a chofer de limusina interpretado por Robert Pattinson (en las antípodas de su multimillonario personaje de “Cosmopolis”) o esa Mia Wasikowska ceñida en su caracterización de la aparentemente curiosa y desorientada Agatha Weiss que regresa a ese País de las Maravillas gracias a Carrie Fisher en persona y que le abrirá las puertas del Palacio de la actriz Havana Segrand (soberbia Julianne Moore)como vía de poder acercarse a su familia (condicionada por la tremenda popularidad de un hermano menor, cual Macaulay Culkin que ya lo ha probado de todo menos su inocencia y e insensibilidad).

La historia discurre en un reencuentro fatal en que esas estrellas de la pantalla se manifiestan cruda y sinceramente en el descanso de los rodajes, en sus palaciegos hogares fríos o en las fiestas que organizan para vender sus almas en que el choque traumático de regresar al pasado es irreversible. David Cronenberg ha vuelto a apuntar el listón muy alto en ésta sórdida pero muy disimulada visión sobre lo grotesca que puede llegar a ser el “star system”.

Lo Mejor: sus interpretaciones femeninas, desde Wasikowska, Williams y, cómo no, una Julianne Moore, tan estupenda como siempre.
Lo Peor: su inevitable referencia a “Sunset Boulevard” de Billy Wilder aunque Cronenberg discurra por otros derroteros.