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Voto de Natxo Borràs:
4
Terror. Thriller. Intriga Después de veintidós años encerrado en un psiquiátrico y, aparentemente curado, Norman Bates (Anthony Perkins) queda en libertad pese a las protestas de Lila, la hermana de Marion Crane (Vera Miles) y viuda de Sam Loomis, el antiguo novio de su hermana. Acompañado por su psiquiatra, el doctor Raymond, Norman regresa al motel Bates y se hace cargo de él. Tras hacer amistad con una joven, empiezan a ocurrir hechos extraños y crímenes inexplicables... (FILMAFFINITY) [+]
9 de julio de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más de dos décadas tardaron los mandamases de la Universal Estudios para dar nuevamente señales de vida al Motel Bates y su indiscutible propietario Norman (Anthony Perkins). El encargado de dirigir ésta primera secuela (que fue de mal en peor) fue Richard Franklin, un australiano que debutó con un sorprendente largometraje de género titulado “Patrick” acerca de un paciente comatoso que provoca desde su estado letárgico una sucesión de misteriosas muertes cuyas víctimas están relacionadas con los porqués de su estado de trance.

En “Psicosis II” y como segunda parte que nunca fue buena, Norman Bates sale en libertad condicional bajo la tutela de un psiquiatra interpretado por Robert Loggia (El Precio del Poder) y la oposición frontal de Lila Loomis (Vera Miles), que estuvo a punto de morir asesinada por su letal cuchillo veintidós años atrás. Pero Norman, entrado en la madurez, prueba de reinsertarse nuevamente en la sociedad aunque no lo tendrá fácil porque a pesar de trabajar en una cafetería con quien entabla amistad con Mary (Meg Tilly) una de las camareras, su negocio familiar lo ha acabado gestionando un vicioso e indeseable individuo (Dennis Franz) que ha convertido las habitaciones del Bates Motel en un antro de sexo y alcohol.

A éste psicosis moderno no le faltó asesinatos en cadena ni sangre pero si escaseó el magistral uso de cámara y la gracia hitchckoniana de una mano magistral que llevara a buen puerto una continuación que ya olía imposible de superar al original de 1960. Y lo más curioso es que también se estrenó un falso “Psicosis II” también conocido con el título de “Escuela Nocturna”, dirigida por Ken Hughes (Chitty Chitty Bang Bang) e interpretada por Rachel Ward (El Pájaro Espino) que nada tiene que ver con la continuada historia de las pesquisas de Norman Bates y su madre pero que no dejaba de ver un “slasher” al uso tan frecuente en la década de los ochenta, intento por cierto también retomado en esta película de Richard Franklin.
Natxo Borràs
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