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Voto de Natxo Borràs:
8
Romance. Drama Laura Jesson es un ama de casa algo aburrida de la rutina que vive con su marido y familia. Una vez a la semana, suele ir a la ciudad de compras. En uno de esos viajes rutinarios, Laura coincide con el Dr. Alec Harvey en la sala de espera de la estación de ferrocarril. Ambos son de mediana edad, casados y tienen dos hijos cada uno. Comienzan a hablar, y tras disfrutar cada uno de la compañía del otro, ambos continúan reuniéndose ... [+]
10 de julio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laura (Celia Johnson) es una ama de casa que vive felizmente con su marido Fred (Cyril Raymond) y sus hijos. Frecuentemente baja a la ciudad en tren para ir de compras y a la espera del tren de regreso frecuenta la cafetería de la estación. Y un día conoce a Alec Harvey (Trevor Howard) un apuesto médico con quien iniciará una sólida amistad que desembocará a la ternura infrecuente y al amor imposible. Pero los dos, ya a su edad, están condicionados las propias vidas que eligieron. Dos caminos distintos que, no obstante, están dispuestos a quebrantar en las breves tardes en que se encuentran antes de la partida hacia el hogar de cada uno…

Lo bueno si es breve, dos veces bueno, reza el dicho. Un excelente argumento esquematizado en un guión soberbio (firmado por Nöel Coward y David Lean) con las notables interpretaciones de la atormentada pareja protagonista: imprescindibles Celia Johnson (que ya había trabajo a las ordenes de Lean y Coward en “Sangre, Sudor y Lágrimas”) y el gran Trevor Howard (a quien no se le olvidaría su entrega y veteranía como el recordado padre Collins en “La Hija de Ryan” (1970), un cuarto de siglo después).

“Breve Encuentro” es la gran historia de amor como evasiva aunque la meta sea inevitablemente inalcanzable y que poca piezas del Séptimo Arte han alcanzado la altura y la significancia de ésta magnífica pieza de Lean, entre ellas “Los Puentes de Madison” (The Bridges of Madison County, 1995) de Clint Eastwood. Pero como magna película romántica, sin endulzantes ni edulcorantes, la película del director de épicas y espectaculares recreaciones como “El Puente sobre el Río Kwai” (1957), “Lawrence de Arabia” (1962), “Dr. Zhivago” (1965) y ese desastroso adiós que significó “Pasaje a la India” (1984), sigue en el trono del melodrama con mayúsculas y uno de sus filmes más significativos de su etapa, cien por cien, británica. Una magnífica joya en blanco y negro que reluce aún en la actualidad.
Natxo Borràs
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