La ópera prima de Robert Rodríguez se rodó con un escasísimo presupuesto que no llegaba a los diez mil dólares, dejando que el boca-oreja hiciera el resto. Dato significativo en un film que en un principio no parece atrapar en su visionado hasta la escena clave del cambiazo de maletines; uno lleva la guitarra de su sufrido mariachi (Carlos Gallardo) que, desde el principio ya es confundido, y la otra un alijo de armas custodiado por Azul (Reinol Martinez), perseguido por los hombres de su rival, Mauricio (Peter Marquardt). El Mariachi se verá protegido por Domino (Consuelo Gómez) dueña de la cantina donde se produce el “cambiazo” por equivocación.

Rodríguez, nacido en Texas pero de sangre enteramente mejicana, empezó su carrera con tanta suerte que hoy parte de su fama la comparte con Quentin Tarantino (sus colaboraciones mútuas en “Abierto Hasta el Amanecer” o “Kill Bill Vol. 2”). “El Mariachi” tuvo una mala y falsa continuación titulada “El Mariachi II”, dirigida por Carlos Gallardo, por lo que Rodríguez reafirmó que el personaje era enteramente fruto de su inventiva con “Desperado” (1995), secuela interpretada por Antonio Banderas y Joaquim de Almeida.