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Voto de Natxo Borràs:
6
Comedia. Drama En el verano de 1984, siendo primera ministra Margaret Thatcher, el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) convoca una huelga. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de lesbianas y gays se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los trabajadores, pero el sindicato no acepta el dinero. El grupo decide entonces ponerse en contacto directo con los mineros y van a un pueblecito de Gales. Empieza así la ... [+]
10 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando de las políticas neoliberales que Margaret Thatcher barrió en el Reino Unido durante la primera mitad de los ochenta (golpe amortiguado por la propagandística y oportuna Guerra de las Malvinas a modo de bálsamo electoral para el Partido Conservador que tan bien le había ido), un grupo de gays y lesbianas decidieron mostrar todo su apoyo a los mineros en huelga que movilizados durante cinco meses, (de noviembre 1984 a mayo de 1985), pusieron en jaque al gobierno de la Dama de Hierro. Sabiendo que ambos colectivos luchaban por causas distintas (unos por su dignidad profesional que se remontaba a generaciones y los otros por su condición sexual) se temía que los lazos de cooperación no iban a cuajar, ya fuese por razones ya morales o de distancia. Los mineros provenían de distintas partes del Reino Unido y los gays se concentraban en áreas urbanas, principalmente en Londres donde destacaban por ir a la última moda en pantalones de tirantes, laca para el pelo y escuchaban las canciones de Phil Collins, Human League o Bronski Beat, algo inconcebible en las encendidas calles de las alejadas poblaciones mineras.

Esa es la clave en que se emplea en su tercera película el director Matthew Warchus, es decir el costumbrismo como principal estandarte, sin olvidar entremezclar comedia y drama con sus requeridos personajes en el lugar que les corresponde (desde las mujeres del pueblo o los gays protagonistas dispuestos a entenderse como recién llegados a apoyar a una causa que ni les va ni les viene). De allí que la gracia, ese choque de modos de pensar y quehaceres distintos conviertan el film en un disfrute más a la altura de otras cintas como fueron en su momento “Tocando el Viento” (Brassed Off, 1997) de Mark Herman o “Full Monty” (1998) de Peter Cattaneo. Es por eso que Matthew Warchis aprovecha unas pautas similares recurriendo a algunos de sus personajes que existieron en la vida real y llevándolos en ésta ficción convincente a mayor abanderamiento de que aquí todos somos amigos y vamos a por una causa común: a funcionar en taquilla. Le hace falta más carne cruda a un plato que se podía haber pedido más frío dadas unas circunstancias que se vivieron de otra forma y en distintos frentes.

Lo Mejor: los veteranos Imelda Staunton y Bill Nighy siempre dispuestos a poner la guinda
Lo Peor: que no se escudriñe lo suficiente en el fondo de la cuestión
Natxo Borràs
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