La actriz coreana Doona Bae (The Host), o Du-Na Bae como prefieran, se mete en la piel de Nozomi, una muñeca hinchable que llena los ratos nocturnos de soledad de su propietario Hideo (Itsuji Itao), después de una intensa jornada laboral. El resto del día, la muñeca yace en su pose más inerte e inexpresivo, pero una mañana recobra vida y consciente de que la dosis de humanidad que se desprende de ella, va más allá del látex. Así que decide salir del apartamento donde está confinada y se adentra en la gran ciudad. Su encuentro con Junichi (Arata) será el principio de un apasionado romance.

Hirozaku Koreeda (Still Walking) no se anda ni se entromete en ofrecernos un film fantástico en formato de cuento de hadas moderno. Va más allá, a una lúcida reflexión sobre la condición humana, la pérdida de valores tan importantes como lo son el amor y el respeto mútuo, así como la pérdida de la innocencia. Y es que la muñeca, en palabras de su amado Junichi; “si tiene las manos frías es porque lleva toda su calidez en el Corazón”.