Directo al testimonio. Ésta seria la conclusión de la que se extrae una vez visto éste documental que reconstruye, tres décadas más tardes, los terribles años de represión que se sucedieron en Camboya tras la llegada de Pol Pot y los jemeres rojos al poder en la primavera de 1975 aislando el país del resto del mundo, sacudiendo una revolución propiciada con la excusa de la extendida intervención norteamericana que ya había causado estragos en una agónica guerra con el vecino Vietnam.

De 1975 a 1979 fueron los años en que el Régimen que pesaba su ideología en un ideal campesino, diéndose a conocer como el Angkar, un represor vehículo de poder a que el hombre se entregaba única y fielmente al partido único sin pestañear siquiera a la hora de traicionar incluso a sus seres más queridos con el fin de mantener esa fidelidad. Cuatro años que acabarían con la vida más de dos millones de los siete millones de habitantes de Camboya

El documental, producido por la cadena francesa Arte, reúne a supervivientes, tanto víctimas como ejecutores (a la fuerza bajo la pena de muerte y algunos de ellos no llegaban a apenas a la adolescencia) en un centro de detención de la capital, Phnom Penh en donde se narran varios hechos acontecidos y descritos con durísima detalle e incomprensión por parte de las víctimas por parte de las voces de sus antiguos represores. La dirección fue llevada a cabo por el camboyano y gran conocedor de la historia de su país, Rithy Panh, autor de otros reportajes sobre el conflicto como “Duch, les maîtres des forges de l, enfer” (2011) o “La Imagen Perdida” (L, Image manquante, 2015).