Aburrida, no por previsible (el final de "Titanic" también lo sabíamos todos), sino porque en su desarrollo no pone pasión, es distante. Y es fría, sí que lo es, porque las interpretaciones y el guión son "de trámite", a pesar de que la historia (y la Historia) tienen un potencial dramático y, si me apuran, épico, sobresaliente.
Estuve echando de menos todo el metraje "¡Ay, Carmela!", de Carlos Saura...