Regresamos al reino congelado de Frozen, un fenómeno que sacudió el cine hace seis años y ahora con la natural precaución de una secuela, esto claro por lo que representa la primera; pero al final está secuela es toda una sorpresa, no logra llegar a lo hecho por la primera entrega, pero se puede defender por sí sola. Esto hay que agradecérselo a sus creadores Chris Buck y Jennifer Lee, ya que supieron por dónde ir y cuánto esperar para llegar a esta segunda parte, y a su interés por explorar los nuevos caminos en la historia de Elsa y Anna.

La película viaja ha explorar los temas del paso del tiempo, el peso del pasado y de saber quienes somos nosotros mismos . De hecho, se inicia con un 'flasback' en el que vemos a Elsa y Anna, aún niñas, junto con sus padres, los reyes, quienes les relatan grandes historias. Su padre les cuenta sobre un misterioso bosque en el que habitan los Noltuldra, que quedó misteriosamente sepultado por la niebla. Por otro lado su madre, de un río mágico que contiene todas las respuestas, el Ahtohallan. Ambos serán los nuevos escenarios de las aventuras que vivirán las chicas . Y queda muy claro que su supondrán un viaje a los orígenes de la magia de Elsa.

Luego de ese punto volvemos ya a la reino que conocemos con la reina de hielo que comienza a escuchar una extraña voz, a la manera de un canto de sirena, reclama su presencia. Y es donde Elsa, Anna, Kristoff, el reno Sven y, por supuesto, el muñeco de nieve Olaf, viajan a indagar el misterio que rodea al bosque de los Noltuldra, vecino del reino, y en los misterios del pasado de Elsa y, más aún, de sus padres. Finalmente, descubrimos que "Frozen 2" habla de aceptarnos quienes somos y de cómo somos, temas más maduros acorde a los nuevos tiempos que vivimos, si Olaf esta en muchos cuestionamos sobre ser uno, Elsa se encuentra en entender su propia historia y mostrarse al mundo tal cual es.

Algo que hay que decir de Frozen 2 son los niveles del trazo visual con un asombroso detallismo (el retrato del bosque de los Noltuldra es asombroso), con una puesta en escena que combina travellings alucinados y trepidante, la paleta de colores para crear cada escenario y cada característica a los personajes son algo espectacular, los juegos con los encuadres, en busca de los contrastes visuales, pero que se detiene también en secuencias reposadas e íntimas, casi delicadas. Lee y Buck juegan a combinar lo tradicional con lo vanguardista y en sus imágenes, realmente se encuentran en lo mejor que Disney ha dado en los últimos años.

Los números músicales están muy bien realizados, hay unas buenas canciones, solo en ese detalle hay unas que no calzan con la trama como la de Kristoff que le dan una parte que no va para ningún lado y se siente fuera de lugar. Pero de ahí rescato una dos o tres que bien pueden ser la nueva "Let It Go" la balada rockera "Lost in the Woods" ; "Into the Unknown", una de las canciones de Elsa, es tan conmovedora como oscura, y "The Next Right Thing", que canta Anna, es muy hermosa.