Un hombre, llamado Papillon (Steve McQueen) por el tatuaje en su pecho es condenado al infrahumano penal de la Guayana francesa por un crimen que no cometió. Para acometer su plan de huida necesita la ayuda del falsificador Luis Dega (Dustin Hoffman) Juntos emprenderán una lucha por el mayor de los bienes de nuestra existencia donde la amistad y la lealtad mutua sea lo único que les quede a nuestros protagonistas.


Sin duda es esta película toda una obra de arte, las interpretaciones del dúo protagonista son sublimes, además de una cuidada fotografía y dirección. La ambientación es muy correcta, contando con unos secundarios muy convincentes en su papel. Lo que se dice una obra maestra en toda regla.

Viendo esta película, no pude evitar llorar y emocionarme, al ver los esfuerzos constantes del dúo protagonista para alcanzar la Libertad y salir de ese nido infecto que es el penal de la Guayana.

Y viene reflexionar, que en un país como Francia, tuvieran semejante penal, siendo ellos los precursores de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, eran tan hipócritas como para mantener un sitio que se pasaba por el forro todos y cada uno de los derechos humanos, un antro de corrupción y vileza semejante. Menos mal que el penal cerró en 1938, pero no hay que olvidar estos hechos para no volver a cometer los mismos errores.


Por lo demás pienso que esta película debería ser proyectada en todos los colegios para que los niños aprendan a amar la Libertad y que la Dignidad Humana esta por encima de todo.


La película es para un 10