La octava película japonesa mejor puntuada en Filmaffinity y la primera de Kenji Mizoguchi, aparece entre las 100 mejores películas de la historia del cine en la lista de John Kobal (junto a “Cuentos de la luna pálida de agosto” y “La vida de O-Haru, mujer galante”), y también fue León de Plata en el festival de Venecia. La mayoría de la filmografía de Mizoguchi fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, demos gracias a que se salvaran algunas obras maestras como esta.

Fenomenal la escena en la que los dos hermanos arrancan ramas para hacer un refugio que se repetirá durante su esclavitud posterior. Fantástica también la escena de las barcas que separa a la familia. Esta película se quedará marcada en nuestras mentes como el hierro en las frentes de los esclavos.